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Blogs El bochinche venezolano por Ludmila Vinogradoff

Chávez censura a la Barbie

Ludmila Vinogradoff el

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No es ninguna jovencita que debuta en sociedad. La muñeca Barbie lleva ya 50 años en el mundo soportando el manoseo de las niñas, y sin embargo, al presidente Hugo Chávez se le ocurre censurarla porque supuestamente representa “un peligro para la mente”.

La muñeca Barbie

Lo dijo el 17 de enero pasado en un momento, que al parecer,  no tenía nada importante que decir en su maratoniano “Aló Presidente” con un país que se está cayendo a pedazos por la cantidad de problemas económicos y sociales graves sin resolver en sus once años de ejercicio.

Tampoco debe acordarse de que sus tres hijas han jugado con la Barbie y se han divertido de lo lindo coleccionando sus vestidos y accesorios. Es la muñeca más vendida del universo. Todas quieren parecerse a su delgada figura y ondulada cabellera rubia. Basta ver el pelo oxigenado de las chavistas para detectar su influencia.

Pero el mandatario considera que la influencia de la Barbie es signo nocivo del capitalismo y hace daño a la salud como el cigarro. “No tiene nada que ver con la cultura nacional. Tenemos que fabricar muñecos indios”, dice,  en sustitución de los extranjeros.

Tras la censura presidencial la muñeca ha pasado a la clandestinidad. Su precio se ha disparado. Las jugueterías la venden como si fuera de oro. Ni hablar de las que la guardan en el baúl para sus futuras hijas.

También ha censurado el juego electrónico “Play Station”,  fabricado por Sony, por considerarlo un “veneno” porque enseña a los niños a “matar” y “tirar bombas”, unos valores que “vende el capitalismo para sembrar violencia”.

“Una vez hicieron uno con la cara mía”, confiesa al revelar el motivo verdadero de su rechazo al Play Station. La Asamblea Nacional ha aprobado una ley que castiga con cárcel de hasta 5 años a quien comercialice juegos y vídeos “bélicos”, con lo cual señala que el único en Venezuela que puede tener un discurso violento  es Chávez.

Consecuente con su monopolio guerrerista, en septiembre del año pasado prohíbe la serie televisiva “Padre de familia” porque presuntamente “incita al consumo de marihuana”.

Tiene alergia a todo lo que le huela a capitalismo. Es así como en el 2008 ordena la suspensión de la serie “Los Simpson” porque el canal Televén la transmitía en horario infantil. Según el ministro del Poder Popular del Interior y Justicia, Tarek El Aissami, el programa de la familia amarilla “va contra la educación de los niños y niñas” y si no acatan la orden “tendrán que pagar la multa y cerrar el canal”, sentencia con su martillo al que, por ahora, le falta la hoz.

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