“Ayer llegó a tribunales en silla de ruedas, presentando graves signos de TORTURAS. No hablaba, sólo pedía AUXILIO a su abogado. No entendía ni escuchaba bien”, ha revelado Tamara Suju la forma dolorosa y abominable
como fue asesinado el capitán de corbeta, Rafael Acosta Arévalo, por sus carceleros chavistas.
La directora del Instituto Casla y representante diplomática del gobierno de Juan Guaidó ante la República Checa fue la que alertó al mundo del caso. “Hago responsable a Nicolás Maduro, a Iván Hernández Dala y a toda su estructura represiva por el asesinato por TORTURAS del capitán”, recalcó.
Su viuda Waleska Pérez lo llora: “Desde el 21 de junio no tuve más contacto con él. Quería que nuestros hijos crecieran en libertad. No estaba de acuerdo con el régimen. Recibió muchos golpes en la cabeza. Mi esposo murió como un héroe”, dijo en las redes sociales.
“Vean este ejemplo para que se miren en el espejo y vean que no vale la pena. Se tienen que unir para conseguir la libertad. Todo se está escapando de las manos. Mis hijos (de 4 y 12 años) quedaron huertanos de padre y perdí mi esposo”, añadió de manera inconsolable.
El capitán de corbeta, Rafael Acosta Arévalo, fue detenido por el régimen de Nicolás Maduro el pasado 21 de junio junto a otros seis altos oficiales de la Fuerza Armada Bolivariana y comisarios por presunta conspiración, justo cuando terminaba su visita Michelle Bachelet, la Alta Comisionada de los DDHH de las Naciones Unidas.
Una semana después de su detención, es decir ayer, el capitán Acosta aparece muerto presentando fuertes signos de tortura cuando fue trasladado en silla de ruedas a los tribunales horas antes de morir en un hospital militar.
Alonso Medina Roa, abogado del capitán de corbeta, aseguró que Acosta tenía las uñas llenas de sangre, no se podía mantener en pie y se le dificultaba hablar, por lo que fue trasladado en silla de ruedas al Tribunal Tercero de Control, publicó en las redes.
Rocío San Miguel, directora de la ONG Control Ciudadano, expresó su más enérgica condena por el asesinato del capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo. Murió ayer a la 1:00 de la madrugada en el Hospital Militar (hospitalito) del Fuerte Tiuna en Caracas.
“Muere siendo inocente, pues nunca desde su detención, fue formalmente imputado por el Estado venezolano, quien ha violado las garantías constitucionales más elementales del debido proceso”, añade San Miguel, quien ha criticado la impunidad con que torturan a los presos políticos los cuerpos de contrainteligencia y represores del régimen: el Sebin y el Dgcim.
Todos los líderes de la oposición venezolana han condenado el asesinato de Acosta, empezando por Juan Guaidó, el presidente interino. Nicolás Maduro también pidió al fiscal, que ordenó su detención, que investigara lo ocurrido.
Su muerte ha consternado a los venezolanos de bien. El capitán Acosta es el séptimo preso político que muere bajo la responsabilidad del régimen después del concejal Fernando Albán que murió también bajo torturas en octubre pasado pero que el régimen dijo que fue un suicidio.
El general de división, Manuel Ricardo Cristopher Figuera, ex jefe del Sebin, exiliado en EEUU, también envió una carta de condolencia, dirigida a sus compañeros de armas, “de militar a militar”, llamándolos a sacar a Maduro.
“El doloroso y aberrante asesinato del CC Rafael Acosta Arevalo a manos de los carniceros de Maduro debe impulsar el cambio definitivo que nos merecemos todos los venezolanos… A la dictadura no le basta con matar lentamente a todo un pueblo privándolo de alimentos y medicinas…Hermanas y hermanos, esta dictadura es un peligro para absolutamente todos nosotros, nadie está a salvo; los esbirros matan, torturan y persiguen a militares y civiles por igual”, dice la carta del ex jefe de la policía secreta.
El general Cristopher Figuera añade: “ante esta amenaza común, hago un llamado a la conciencia de civiles y militares. Debemos unirnos y despojar del poder a quienes ilegitimamente lo ejercen con saña asesina”.
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