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Blogs El bochinche venezolano por Ludmila Vinogradoff

Hasta en la sopa

Ludmila Vinogradoff el

El culto a la personalidad de Hugo Chávez ha encontrado un nuevo filón como el de poner su imagen en las tarjetas telefónicas de la Cantv, la compañía telefónica nacional, para mantener vivo su recuerdo después de año y medio de muerto.

La tarjeta de Chávez

La imagen del presidente fallecido y su firma se encuentra en muchas partes, hasta en la sopa -dirían los chavistas-, en sitios públicos como muñecos inflables y fachadas de viviendas,   y no tan públicos como en los glúteos y brazos de algunas simpatizantes que se han hecho tatuajes gratis -financiados por el gobierno-  de la “rabo de cochino” para expresar su abnegación por el difunto.

tarjeta telefónica

Por primera vez en su historia republicana, los venezolanos presencian en el siglo XXI con la última tecnología cibernética la construcción de una mitología sobre la figura de Chávez comparable a los guerreros del medioevo o a los héroes del siglo XIX, lo que ha sido posible gracias a los recursos petroleros del país, que cuenta con las mayores reservas de hidrocarburos del mundo.

tarjeta telefónica

De no ser por el “oro negro” Chávez no hubiera durado tanto tiempo en el poder (15 años). El ex mandatario venezolano enseñó el camino para dominar el mundo con el petróleo, amenazándo con un corte por aquí y otro por allá. Los radicales musulmanes, como el temible Estado Islámico, EI, aprendieron la lección y ahí lo vemos haciendo de las suyas, decapitando a los periodistas.

El mito de Chávez ha sido explotado por el gobierno de Nicolás Maduro hasta la saciedad. Desde una oración dedicada a su nombre, cambiando el tradicional “Padre Nuestro” por el de “Chávez nuestro” que ha sido condenado por la iglesia católica venezolana y por todos los curas que sienten vergüenza por el plagio, que comentan que hasta el “pan nuestro” desapareció de la plegaria chavista porque hay una gran escasez de alimentos, que se inició justo hace tres años durante el mandato de Chávez. Su frase de que “no importa que no haya comida pero tenemos patria” se ha popularizado para justificar el desabastecimiento.

El letrero de una cafetería

No obstante, Maduro insiste en descalificar a los obispos por criticar la versión chavista del “Padre Nuestro”y se lanza con la repartición gratuita de 30 millones de libros escolares para la vuelta al cole y los liceos, ahora el 15 de septiempre,  sobre la  historia oficial contemporánea de Venezuela, donde Chávez es el protagonista principal. Es el adoctrinamiento más descarado que han denunciado los maestros. Pero la historia universal no perdona: ha visto caer a todos los ídolos de barro.

Tarjetas telefónicas

 

 

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