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Esto es lo que debes mirar para comprar queso de verdad

Esto es lo que debes mirar para comprar queso de verdad
Elisa Escorihuela el

El sábado tenía prevista una jornada playera con niños y para dejar preparada la comida les ofrecí varias opciones de comida, siendo los elegidos unos socorridos macarrones, por supuesto integrales, con verduritas y jamón.

Yo, como madre y tía previsora, preparé los macarrones y su salsa antes de irnos a la playa, a falta de ponerlos en el horno para gratinarlos a la llegada. El caso es que me faltaba el queso y pensé en comprarlo en la tienda que tenemos frente al apartamento, y así lo hice.

A la vuelta al apartamento después de una intensa jornada playera, me acerqué a la tienda y pedí un queso para gratinar señalando una bolsita de queso parmesano. La dueña de la tienda, muy cordial, me sugirió otro queso que tenía especial para gratinado. Y ahí me salió mi vena nutricionista sin poder evitar mostrarle el etiquetado de ambos productos y explicarle qué pasaba con algunos «quesos especiales para… ».

¿Es queso todo lo que parece? 

En los supermercados existen varios formatos en los que podemos encontrar el queso, enfocados a utilizarlos en distintas preparaciones. Tenemos cuñas, lonchas, untables, queso rallado o en polvo. Pero, ¿realmente es queso?

La respuesta, como siempre te cuento, está en el etiquetado. Su listado de ingredientes no nos puede engañar nunca y debemos de ser conscientes de nuestra responsabilidad de hacer una lectura adecuada del mismo.

El problema es que en la mayoría de ocasiones, o no leemos el etiquetado, no entendemos lo que dice o bien nos fiamos del reclamo publicitario de la parte delantera del producto y esto nos lleva a equivocarnos en muchas ocasiones.

Cuando le damos la vuelta a algunos de estos productos, nos podemos encontrar con que en el listado de ingredientes priman la mantequilla, los almidones y otras grasas vegetales que no son las habituales que encontraríamos en un queso, siendo el porcentaje de queso bajísimo, a veces sin llegar al 10 %.

Incluso, en ocasiones, puedes encontrarte que en el nombre del producto no aparece ni la palabra “queso”. Puede poner «especial gratinar», «especial fundido», «especial sandwich» y esto es lo que te debe alertar de que seguramente no sea queso todo lo que reluce.

Como siempre, te recomiendo que hagas una lectura de etiquetado nutricional (la parte de atrás donde se ve el listado de ingredientes y valores nutricionales), principalmente por salud y conocimiento de lo que estás comprando y también porque muchas veces pagamos un precio por algo que no estamos comprando.

Si alguna vez has llegado a casa y te has llevado una decepción cuando has leído un etiquetado de los alimentos, cuéntame y hablaremos de ello en Aula de Nutrición.

Elisa Escorihuela Navarro

Nutricionista y Farmacéutica

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