En los últimos meses, los dátiles han sido ‘trending topic’ en las redes sociales. Son muchos los debates que se han abierto cuestionando si son un buen sustitutivo del azúcar, si son más o menos calóricos o si podemos consumirlos sin lÃmite. Además, solo basta con ojear alguna cuenta en redes sociales de postres saludables para encontrar infinidad de recetas con este ingrediente, pero aunque parezca algo novedoso, los dátiles se han utilizado como endulzante mucho antes de que apareciese el azúcar en nuestras vidas.
Por su bajo contenido en agua, los dátiles se incluyen en el grupo de frutas desecadas. Aportan mucha energÃa, en concreto mucho azúcar (alrededor de un 60-70% de su composición es azúcar) y una importante cantidad de fibra. De hecho, en el mundo del deporte son una opción genial, ya que son fáciles de transportar y aportan energÃa de forma rápida.
Sin embargo, el problema viene cuando por falta de información o por presión de la industria alimentaria y el marketing etiquetamos un producto saludable como un ‘superalimento’ y empieza a ser consumido sin moderación. Vamos, lo que está pasando actualmente con la pasta de dátil, algunos siropes, la miel o la panela.
No debemos olvidar que, aunque estos productos sean más naturales que el azúcar blanco, no dejan de ser azúcar.
Hoy en dÃa, uno de los problemas que ha surgido a raÃz de que los dátiles hayan cogido tanta fama es que han pasado de ser una fruta que se consumÃa de forma ocasional a consumirse de forma habitual en la reposterÃa y como sustitutos de dulces.
Otro de los problemas es que cuando son para endulzar se utilizan en forma de pasta, que no es más que dátiles hidratados y triturados hasta conseguir la consistencia, pero no es lo mismo ingerir la fruta entera, que triturada o batida como es el caso. Al no masticar, la absorción de los azúcares es más rápida y por lo tanto el pico de glucosa es más alto.
Además, al estar triturada hace que no seamos conscientes de la cantidad que hay y, a la hora de endulzar nuestro bizcocho, galletas o postre ‘healthy’, podemos excedernos de cantidad y por tanto de azúcar.
También es verdad, que con menos cantidad de pasta de dátil se endulza más que con azúcar. Sin embargo, está el riesgo de que al pensar que es más saludable o que lleva menos cantidad nos pasemos de cantidades.
De todas formas, endulcemos nuestros postres con dátiles o con azúcar, el consumo de los mismos debe ser de forma ocasional. Por eso, es importante no dejarse llevar por el agresivo marketing de la industria alimentaria, que muchas veces parece que nos están vendiendo algo mucho más saludable (porque es natural), pero que al final de la jugada puede tener las mismas connotaciones negativas en nuestra salud.
Asà que ya sabes, los dulces con moderación, con o sin dátiles. Y cuando tomes un dulce, disfrútalo sin remordimientos, que mantener una relación con la comida saludable también es importante para nuestro bienestar emocional.
Elisa Escorihuela Navarro
Nutricionista y Farmacéutica
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