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Cómo diferenciar el hambre emocional del hambre física

Cómo diferenciar el hambre emocional del hambre física
Elisa Escorihuela el

¿Crees que en alguna ocasión que has perdido el control con la comida? Si…

  • … has comido de más 
  • … has comido muy rápido
  • … has roto tu plan de alimentación saludable
  • … comes cuando te sientes: estresado, aburrido, contento, enfadado
  • … y lo peor ¿Te has sentido mal por ello?

Entonces este artículo te interesa.

En consulta no es nada raro encontrar a personas que tienen una relación tormentosa con la comida. Y es que a veces utilizamos la comida para hacernos sentir mejor o premiarnos por algo. A esto es a lo que llamamos alimentación emocional.

¿Qué diferencia existe entre el hambre emocional y el hambre física?

El hambre física, es ese hambre que aparece progresivamente (poquito a poco) y va acompañada de reacciones fisiológicas como : cansancio, cefaleas, ruidos en el estómago y falta de concentración, entre otras.

El hambre emocional aparece repentinamente y parece que no hay quien la pare. Nos lleva a comer sin controlo para aplacar esa emoción.

Si con este truquito no te queda claro si el hambre es emocional o física pregúntate si un plátano, una manzana o una zanahoria la calmaría. En el caso del hambre física seguro que sí.

El hambre emocional es un poco más exigente y te va a pedir de alimentos con más azúcar y grasas… sí, sí, es esa que te pide chocolate o snacks.

Consecuencias de la pérdida de control con la comida

Las consecuencias de la pérdida de control en cuanto a la alimentación son varias y por ello debemos estar atentos y saber valorar si sufrimos ingestas descontroladas y comemos emocionalmente.

Sentimiento de culpa: dejarse llevar por las emociones y acabar comiendo cualquier alimento poco saludable que no tenías previsto en tu planificación nos puede llevar a tener un sentimiento de culpabilidad. 

Aumento de peso: la pérdida de control con la comida nos puede llevar a aumentar de peso. Teniendo en cuenta las exigencias del «hambre emocional», que nunca va a querer calmarse con una manzana.

Pérdida de la autoestima: perder el control y aumetar de peso son como una bomba de relojería que nos pueden llevar a perder nuestra autoestima.

Empeorar nuestra salud: no solo el peso es importante, la salud se va a ver comprometida si no controlamos esas emociones que nos hacen comer descontroladamente. Hipercolesterolemia, niveles de azúcar elevados, hipertensión arterial y una larga lista de patologías que mantendremos alejadas con una alimentación adecuada.

¿Debemos controlar las emociones?

Humildemente, de esto de las emociones (si no es como usuaria de las mismas) no me alcanzan mis conocimientos y es por eso recurro a uno de mis referentes en psicología, coaching y buen rollo, mi Laura Chica.

Hablando con ella me explica que es posible que las personas tratemos de esconder nuestras emociones (enfado, ansiedad, tristeza) con la comida. Debemos pararnos a pensar si ese hambre es realmente física o emocional.

Me explica Laura que cuando no vivimos las emociones como vienen, es decir, no dejamos fluir nuestros sentimientos, podemos acabar utilizando la comida para enmascararlos.

Para ella es primordial permitirnos sentir todas las emociones. Es un derecho y una muestra de respeto a uno mismo. No debemos ocultar lo que sentidos con elementos externos como pueden ser la comida, más aún cuando luego nos va a llevar a sufrir sentimiento de culpabilidad.

Por lo que si te has sorprendido en alguna ocasión perdiendo el control con tus comidas recuerda, párate a pensar si ese hambre es física. Si sospechas que es emocional, sigue el consejo de Laura y permítete sentir esa emoción.

Elisa Escorihuela Navarro

Dietista Nutricionista

Farmacéutica


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