Hoy en día la publicidad en las redes sociales llega a un público cada vez más joven y más vulnerable. El aumento del consumo de determinados productos como la comida rápida, bollería, los dulces, los refrescos azucarados o bebidas energéticas en la población infantil puede llevar a un aumento en la prevalencia de sobrepeso y obesidad, además de tener serias consecuencias en su futura salud.
Es por eso que Consumo continúa con la tramitación de la nueva normativa acerca de la prohibición de la publicidad de alimentos y bebidas insanas dirigida a niños y adolescentes, que además engloba una novedad: se incluye a personajes públicos y personas con cierta influencia, abarcando a los que realizan publicidad mediante redes sociales como los youtubers e instagramers, prohibiendo este tipo de publicidad dirigida a un público juvenil.
¿Por qué se necesita regular este tipo de publicidad?
La publicidad mediante las redes sociales a un público objetivo, es decir, los adolescentes, es una herramienta muy efectiva para conseguir aumentar el consumo de determinados productos que no son recomendables para la salud. Dada la prevalencia de obesidad y sobrepeso que existe actualmente entre los más jóvenes, proporcionar una educación nutricional y no promover el consumo de alimentos insanos, refrescos azucarados y bebidas energéticas resulta una tarea necesaria para evitar el desarrollo de enfermedades tales como diabetes tipo II, patologías cardiovasculares, hipertensión arterial, colesterol alto, obesidad… y numerosas de consecuencias en su futura calidad de vida
¿Por qué no se debe promover el consumo de estos tipos de alimentos en los jóvenes?
Son muchas las razones por las que debemos proporcionar una educación nutricional desde pequeños, ya que la alimentación es el aliado para mantener nuestra salud. En concreto, estos son los alimentos insanos o comida rápida que suelen ser publicitados tienen en común ciertas cosas:
- Contribuyen a consumir un exceso energético y las llamadas «calorías vacías» ya que en cuanto a su aporte nutricional, es prácticamente inexistente.
- Productos ricos en azúcares, sal, grasas trans y grasas saturadas.
- Aumentan la prevalencia de sobrepeso y obesidad, lo que incrementa el riesgo de desarrollar otro tipo de patologías como enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión arterial…
- Alejan a los más jóvenes de adoptar hábitos y un estilo de vida saludable que les asegure el mantenimiento de una salud óptima con el paso de los años.
- Algunos de ellos como las bebidas energéticas contienen una cantidad excesiva de cafeína y estimulantes en determinados productos como las bebidas energéticas, dónde cada vez es más frecuente un uso excesivo en los jóvenes que acarrea problemas de salud, taquicardias y problemas de sueño. Por no decir que muchos adolescentes consumen este tipo de bebidas combinadas con alcohol, lo que hace que se agrave la situación.
- Desplazan el consumo de otros alimentos que sí que son necesarios e interesantes a nivel nutricional, es decir, que al final se come más comida malsana y se acaban abandonando hábitos como el consumo de verduras y frutas.
Así que, a pesar de que la palabra prohibición suene un poco dura (nunca me ha gustado), realmente estamos frente a una medida de protección en la que los niños son los más desfavorecidos. Como madre he vivido como mis hijos me han llegado a pedir bebidas energéticas y productos «poco saludables» que les han recomendado youtubers o influencers, por lo que he de decir que no me parece una mala acción.
Elisa Escorihuela Navarro
Nutricionista y Farmacéutica
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