Esta mañana el presidente del partido conservador Nueva Democracia ha lanzado el nuevo simbolo de su partido. Se conserva el nombre, pero no el simbolo, que era una 
llama de fuego un tanto pasada de modo ( por no decir que claramente hortera). Ahora el presidente Andonis Samaras ha declarado “este es el nuevo simbolo de Nueva Democracia, punto final”. Y se ha quedado tan tranquilo.
Su partido está atravesando una crisis de identidad y de personalidades. Tras la victoria electoral del 2004 con 45,36% y nada menos que 165 diputados y su segunda victoria en el 2007 con 41,84 y 152 diputados ( todavía mayoria absoluta en un parlamento de 300 diputados ), sufrió una derrota colosal en las elecciones de octubre del 2009, donde los conservadores reunieron solo 33,48% y 91 diputados . Costas Karamanlis anunció que abandonaba la presidencia, resultó elegido Andonis Samarás … y desde entonces se han ido 5 diputados. Esto ha sido porque Dora Bakoyanis, la política hija del antiguo primer ministro Costas Mitsotakis se ha mostrado opuesta a la política de Samarás,que es contraria a las medidas de austeridad impuestas en parte por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional .
En la foto, Andonis Samaras con el nuevo simbolo de ND
Samarás tiene ahora un electorado conservador disgustado y dividido , un montón de votantes indignados por la situación en la que los gobiernos anteriores dejaron al país ( y la forma en la que aumentaron de forma alarmante el gasto y la deuda pública ) . Y muchos son los que piensan que el clientismo político, el gasto, la ineficacia de la gestión pública y la corrupción aumentaron notablemente con los gobiernos de derecha.
Ahora parece que el partido en general y sus dirigentes en particular no son capaces de afrontar estas consecuencias, ni de apoyar a los socialistas en medidas indispensables para superar la crisis que atraviesa el pais y evitar la bancarrota. Solo critican a diario todas las medidas y nuevas leyes socialistas que tienen un elevado precio político pero son indispensables para reducir el gasto público y mejorar o renovar las instituciones públicas y la infraestructura del país.
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