La información es ya oficial: leyendo la prensa acumulada durante mi ausencia , leo que la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, que son de hecho los rescatadores de Grecia para ayudar al país a no caer en quiebra, han abierto una oficina en Atenas. Y lo han hecho para poder , desde la capital griega, supervisar los presupuestos, planes de recate y reforma anunciados por los socialistas de Yorgos Papandreu. Lo harán por lo menos por tres años, eso es la cifra oficial. Quienes conocen el funcionamiento del FMI saben que posiblemente será mucho mas tiempo.
Los griegos se habían enterado de un día al otro que su estado, que su país, gastaba mas de lo que ingresaba y no podía seguir así. El propio Papandreu necesitó preparar y aprobar cuatro planes de ahorro y rescate ( con empujones comunitarios para aceptar muchas de las duras medidas) . Y ahora queda el cumplimiento de estos programas de ahorro , que viene a ser lo mas difícil : Grecia es un país en el que hay muchas leyes pero frecuentemente no se ven implementadas. Y uno de los ultimos sondeos ( en concreto uno de la compañía Public Issue para el diario Kathimerini ) realizado a primeros de mayo muestra que sólo el 22% de los encuestados opina que el gobierno ha sido eficaz en esta crisis y mas de la mitad considera que debería haber un gobierno de coalicción . Pero sorprendentemente si tuvieran que votar ya mismo, el 45% ( frente al 46.5% del mes anterior) votaría de nuevo a los socialistas y sólo el 27% a los conservadores. Y la popularidad de Papandreu ha disminuido, de un 68& al un 53% , lo que sigue siendo un número muy alto vista la realidad .
Ahora los expertos extranjeros son los que están mirando con lupa las estadísticas y todos los números que salen de los ministerios mas sensibles- Finanzas, Trabajo, Sanidad especialmente – y son los que tienen la ultima palabra. Sobre todo porque si el gobierno heleno no respeta los planes acordados, la financiación proveniente de la UE y del FMI se verá interrumpida . Así de claro .
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