José Luis Grau el 10 feb, 2023 El 10 de febrero de 1926 amerizaba en el puerto de Buenos Aires el hidroavión español Plus Ultra, después de realizar el primer cruce del Atlántico sur, volando entre Europa y América. Un total de 59 horas en el aire para cubrir los 12.270 kilómetros de distancia que separan el puerto de Palos con la ciudad de la Plata, a una velocidad media de 172 km/h. Desde la localidad onubense había alzado el vuelo el 22 de enero el considerado avión más importante diseñado por la alemana Dornier a principios de la década de 1920. Los intrépidos audaces que culminaron esta gesta fueron el comandante Ramón Franco, el capitán Julio Ruiz de Alda, el mecánico Pablo Rada y el teniente de navío Durán, todos ellos españoles: “Franco en su sitio, Rada en los motores, Alonso con su cine en la torreta delantera, Durán y Ruiz de Alda atrás, en el cuarto de derrota, para desnivelar los pesos y ayudar al avión a despegar. Se ponen en marcha los motores a las siete cincuenta y uno, y en el recorrido necesario para calentarlos, Alda le marcó a Franco el rumbo magnético de la ruta”. El porqué del bautismo del avión con el nombre de Plus Ultra lo explicaba el propio Ramón Franco de la siguiente manera: “Debíamos procurar también que el nombre no arrastrara mala suerte. Después de barajar en nuestra cabeza varios nombres y desecharlos uno a uno, encontramos el que nos pareció más apropiado, ya que plus ultra encierra grandes enseñanzas históricas; plus ultra es la afirmación del movimiento, y, sobre todo, en cualquier momento de desfallecimiento, recordar el nombre de la nave Plus Ultra—más allá—debía hacernos recobrar la energía para luchar hasta con lo imposible.” Era la época dorada de los raids aéreos, la incipiente industria aeronáutica atravesaba su mejor momento y había una carrera entre naciones para establecer nuevos récords. Así, los españoles no querían verse ensombrecidos por las hazañas conseguidas por aviadores norteamericanos, ingleses, holandeses o portugueses. A Ramón Franco, piloto de este ambicioso proyecto, lo movía el afán por ganar honra y prestigio para España, algo que entusiasmó al rey Alfonso XIII. Tras barajar varias opciones, eligió la ruta que pensó que fomentaría los lazos entre naciones de habla hispana. Una ruta que necesitaba del apoyo de la Armada, ya que transcurría sobre el mar, por lo que se proporcionó apoyo logístico a través del destructor Alsedo y el crucero Blas de Lezo. Además, obligó a que fuera un representante suyo en el avión, en este caso el teniente de navío Durán. Una aventura de dieciocho días de duración, no exenta de todo tipo de riesgos y adversidades, que se culminó con un apoteósico recibimiento en la ciudad de Buenos Aires. Los nuestros fueron homenajeados por cientos de periodistas y miles de ciudadanos y recibidos por el presidente en la Casa Rosada. Para la posteridad, el tango compuesto por el genial Carlos Gardel y dedicado a los aviadores españoles ‘La gloria del águila’. Una proeza considerada ya en ese momento de la historia como un auténtico hito, tanto por lo que suponía como aventura aeronáutica y avance de esta industria, como porque en ese momento Argentina se consideraba uno de los países más prósperos y ricos del mundo, lo que invitaba a la creación de una ruta comercial aérea con Europa. Este vuelo tuvo gran resonancia mundial, especialmente en Iberoamérica y España, llegando a ser denominado el Plus Ultra como la cuarta carabela. Además, este vuelo demostró al mundo la posibilidad de establecer en un futuro líneas aéreas trasatlánticas. La historia en el aire Tags aeronáuticaArmadaAudaciaAventuraBuenos AiresEspañaGestaGloriaGrandes vuelosHitoPioneroPlus UltraProezavuelo Comentarios José Luis Grau el 10 feb, 2023
La Unidad Médica de Aeroevacuación, clave en la contribución de la sanidad militar española a la guerra de Ucrania