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Blogs Madre no hay más que una por Gema Lendoiro

¿Por qué tantos esfuerzos por ir contra natura?

Gema Lendoiro el

Tengo la terrible sensación de caminamos a desnaturalizarnos cada día más. Verán, les quiero contar algo. Si uno hace la búsqueda en google (imágenes) de la palabra MATERNIDAD, sale esto:

 De las ocho fotos, seis muestran una cosa común: contacto físico de la madre con el bebé. Otra es una barriga de embarazada en donde también hay contacto aunque media la piel y la última es la típica que se suele poner para ilustrar asuntos tipo: viene un hermanito, cómo se lo explico al peque.

El resto, digo, son todas de contacto. ¿Sabe usted por qué? Porque los humanos somos mamíferos, de sangre caliente, necesitamos el contacto piel con piel. Necesitamos las caricias, los besos y los abrazos. Y si no los tenemos no nos morimos (como si nos falta el agua o la comida) pero crecemos con carencias. 

Alguna vez habrá escuchado hablar de los problemas que los niños de los orfanatos arrastran porque se acostumbran a no ser atendidos en sus necesidades más básicas como ser cogidos en brazos, estrujados con pedorretas, atendidos. Piense usted en la persona que más ama. No importa quién. Puede ser su pareja o su mejor amiga. No me sirve que piense en su hijo. No para este ejemplo. ¿La tiene? Bien, imagine por un momento que esa persona no quiere abrazarlo/la porque le han dicho que es por su bien. Usted tiene una mala noche, se despierta llorando y esa persona entra en su habitación y le dice:

-Cálmate, no llores, estoy en la habitación de al lado. Y a continuación se va sin tocarlo, sin abrazarlo. ¡Qué crueldad!, ¿no le parece?

Y usted se queda perplejo porque lo que quiere es que lo consuelen en su tristeza, en su desamparo, no que lleven a cabo con usted prácticas de un manual para adiestrar no se sabe qué. Porque hasta a los perros sus amos los consuelan.

Si usted espera de esa persona a la que más quiere atención, consuelo y compañía, ¿cómo me puede explicar que se llegue a creer que a su hijo, de días, semanas o meses le conviene hacer eso para que aprenda a dormir? ¿aprenderá a dormir? Sí, claro, por supuesto. Ahora bien, pregúntese qué sufrimiento acompañará a dicho aprendizaje porque si usted no es consolado en medio de la noche al menos podrá llamar a su madre o enviar un wassap a su mejor amigo pero el bebe no puede hacer nada. Por no hacer no puede, si es menor de tres meses, ni sentarse para lamentar su mala suerte. Si esto no es cruel que venga Dios y lo vea.

Lo que un bebé necesita es consuelo, si es un recién nacido preferiblemente del pecho materno (no hablo de leche, hablo de parte del cuerpo) Yo no sé a ustedes pero a mí todavía me sigue calmando la mano de mi madre en la cabeza cuando me tumbo en el sofá preocupada. Y fui niña y me gustaba que atendieran mis necesidades de socorro.

Luego está la parte científica de todo esto y doctores tiene la iglesia y se lo contaré en otro post con opiniones acreditadas. Lo mío no deja de ser una opinión, como hija y como madre. No me cabe en la cabeza la desnaturalización hacia la que caminamos. El marketing se pone las botas con todo tipo de objetos y utensilios que persiguen una sola cosa: que el bebé y la madre estén cada vez más separados.

-Cochecitos con motor que acunan al bebé sustituyendo los brazos de una madre: seguros, amorosos

-Cunas con motor para mecer al bebé sustituyendo los brazos de una madre: seguros, amorosos

-Sillas con motor para mecer al bebé sustituyendo los brazos de una madre: seguros, amorosos

-Colgantes de cuna para entretener al bebé sustituyendo la voz de una madre cariñosa (aunque cante fatal)

-Utensilio que sujeta el biberón para que el bebé lo tome sin ayuda de nadie sustituyendo los brazos de una madre: seguros, amorosos.

-Un parque lleno de juguetes para que el niño no se escape, no moleste. Puedo entender un momento puntual pero todo el día…¿a ti te gustaría estar encerrado todo el día?

-Habrá momentos en los que sí, habrá que dejar al bebé ahí, sobre todo si una está sola y se tiene que duchar, hacer las camas, la comida, etc. Obviamente no siempre es posible tener al bebé encima pero créanme si les digo que cuanto más lo tengan en brazos, mejor para el bebé. Crecen más seguros, más apegados, más felices. ¿Conoce a muchos bebés a los que no les guste estar en brazos? pregúntense por qué si son seres humanos que funcionan por instinto. Sea usted crítico consigo mismo y pregúntese cuáles pueden ser las oscuras motivaciones para que los bebés prefieran estar en brazos de sus madres en lugar de una cómoda hamaca.

Todo busca la comodidad de la madre a la que se le mete por ojos y oídos que eso es lo que tiene que hacer. No lo cojas en brazos que luego se acostumbra y se vicia, déjalo que llore que es bueno para los pulmones, deja que sufra que eso es bueno para ser feliz. Y la madre, generalmente porque la naturaleza se empeña en ser así de obstinada, se muere por dentro porque una fuerza poderosa que se apropia de la boca de su estómago, no le deja hacer esas cosas. Algunas consiguen dominarlo y terminan escuchando llorar sin hacer nada a su bebé porque creen que lo hacen “por su bien” No las culpo. Bastante tienen con sus dudas. Culpo a quienes lanzan esos mensajes crueles que tienen un denominador común:

“El bebé es un ser terriblemente molesto al que hay que intentar por todos los medios adiestrar para recuperar nosotros cuanto antes nuestra vida anterior”

Siento ser la que les comunique que su vida, una vez haya llegado ese bebé, nunca será como antes. Y siento decirles que sí, que el niño aprenderá a dormir a base de llantos. Pero a base de otras carencias también. Se resignará como se resigna el ser humano siempre que no le queda más remedio. De falta de amor nadie se muere, es bien cierto. Pero no es menos cierto que esa vida es más triste. Y ahora me dirá usted, ¿pero si yo lo quiero igual aunque lo deje llorar? Y yo le diré, sí, es cierto, lo sé. Quien no lo sabe es su hijo puesto que ni tiene desarrolladas las capacidades del lenguaje ni prácticamente ninguna que no le sea imprescindible para sobrevivir: hambre y llanto.

-Si un bebé llora y pide brazos lo que la naturaleza pide es dar esos brazos. ¿Es tan difícil entender cuáles son las necesidades de los bebés? ¿De dónde nos ha venido tanta desconexión con nuestro instinto más mamífero? ¿Cuántas veces ha visto la misma escena: niño se cae, o se asusta o le pasa algo y desde la altura de la rodilla de su padre/madre llora desconsolado y pide brazos? ¿Usted no ha pensado que si todos los niños del mundo lo hacen (sin excepción) será por algo? ¿O es que se han confabulado todos en tomarnos el pelo porque son “muy listos y enseguida te pillan la aguja de marear? ¿De verdad alguien con sentido común puede creerse esto?

El mundo tiene necesidad de más brazos maternos, de más calor materno (sí, me van a perdonar pero hemos sido diseñados así, a mí no me pidan explicaciones que yo no soy la que diseñó que seamos nosotras las que tengamos el útero y el pecho) ¿Cómo puede ser que no nos lo creamos? ¿Qué es eso de adiestrar a los niños-bebés para que duerman toda la noche de un tirón? ¿Qué pasa con su ritmo natural? Si todos, o la inmensa mayoría de los niños tardan meses, incluso años, en “aprender” a dormir del tirón será por algo, ¿o no?

¿Alguien en su sano juicio sacaría un manual para enseñar a los niños a leer antes de los seis meses? ¿O a caminar antes de los dos meses? ¿Entonces qué afán de adiestrarlos para que duerman? Yo se lo digo:

Se adiestra a los niños a que duerman porque molesta, y mucho, no dormir (los adultos) Vamos, no tenga miedo, confiéselo. No se va a convertir en ningún monstruo porque quiera dormir. Es humano, es natural, por falta de sueño también se muere. Entonces, ¿se equivocó la naturaleza cuando nos diseñó así? No, negativo. No se equivocó. Lo que no sabía la naturaleza es que llegados al siglo XX y al XXI las mujeres iban a trabajar teniendo bebés en casa y aquí, señores y señoras, tenemos un problema sin resolver. ¿Qué hacemos? ¿Dejamos de trabajar las mujeres? No, negativo. No al menos si no queremos (yo no quiero) Pero oigan, por algo se inventaron las bajas por maternidad y por algo las que aquí, en España “disfrutamos” son ridículas. Ya, pero el empresario se puede arruinar. Cierto. Entonces, señores míos, políticas más generosas por parte del Estado. Sé que me voy a otro tema y no quiero.

Resumiendo. Lo queremos todo. Queremos un niño sonrosado y tranquilo que nos deje dormir por la noche. Queremos que nuestra paz no sea perturbada pero eso, sencillamente, no es real . Ya sé que hay excepciones de bebés que duermen toda la noche. Pero son eso, excepciones.

La maternidad y la paternidad es un largo y duro camino que nadie dijo que fuera fácil. Los niños molestan, sí, en el sentido que interrumpen nuestras rutinas. Pero ojo, una vez en esta vida, tú eres el responsable de haberlo traído y has traído un ser humano no un robot programable. Así que sé que suena duro pero esto es lo que hay, toca asumir las consecuencias, negativas y positivas. Es verdad que dormirás menos, podrás incluso perder libertad. Puede que hasta pierdas un trabajo. Pero que no te quepa la menor duda, por mucho que la sociedad te quiera convencer de lo contrario, en la vida pocas cosas hay más apasionantes que tener un hijo y acompañarlo en el increíble camino de darle las herramientas adecuadas para que el día de mañana funcione cuando tú ya no estés. No dejes que te quiten el instinto. Y esto ya es un consejo (si me lo permites) si vas a ser madre o lo eres recientemente: Nunca sabrás lo que te pierdes si no pruebas una de las cosas más dulces y placenteras que hay en esta vida: que un bebé se quede dormido sobre tu pecho. La felicidad que sientes no se puede explicar. Yo te recomiendo que no te lo pierdas. Aunque tengas que hacerlo cada noche.

PD. No dejes de leer este artículo de Ramón Soler y los que en él se enlazan sobre el sueño infantil y dejarlos llorar en la cuna.

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