Tomás González-Martín el 11 jun, 2014 Ese niño con quien se hizo una foto hace seis años, cuando el zagal debutaba en el Mundial, le ha robado ahora hasta el corazón de los aficionados. Marc Márquez quiso conocer a Rossi en 2008, cuando se estrenaba en 125. Le regaló un coche pequeño de rallys, sabedor de la afición del italiano por los raids de cuatro ruedas. En 2013, ese niñato era campeón del mundo de MotoGP con veinte años y 266 días, récord de precocidad en el Mundial de Motociclismo. En 2014, ese chaval es líder insultante del campeonato. Suma seis victorias consecutivas en la temporada. Y ahora persigue igualar la plusmarca de siete triunfos seguidos que VR46 dejó para la leyenda en 2002. Montmeló, el domingo, puede acabar con el penúltimo hito que le queda al vetrano campeón. El último son las ochenta victorias en MotoGP. Dice el español, con la humildad de siempre, casi para no molestar a su ídolo, que no piensa robarle la marca de siete triunfos consecutivos al italiano. Pero corre en casa y saldrá a por todas. Mientras tenga ese bagaje de cincuenta puntos de margen, el ilerdense correrá al máximo. Lo ha advertido. Este muchacho puede batir todos los registros de este deporte con el paso de unos años. Otros temas Comentarios Tomás González-Martín el 11 jun, 2014