Campeón del mundo de la cilindrada reina del motociclismo a los 23 años. Campeón del mundo de la máxima categoría a los cinco años de debutar el Mundial. Ni Valentino Rossi, ni Marc Márquez consiguieron ganar el título de MotoGP con tal precocidad. Joan Mir perpetúa la victoria constante del motociclismo español en el Olimpo del motociclismo. Desde 2012 todos los cetros de MotoGP han sido españoles. Seis de Márquez, dos de Lorenzo, que también ganó en 2010, y uno de Mir. Sumamos once coronas en la primera división de las dos ruedas y diez las hemos conseguido entre 2010 y 2020. La primera, de Crivillé, fue la semilla, en 1989, de la confirmación de nuestro motociclismo a escala mundial después de los tronos míticos de Ángel Nieto, Ricardo Tormo y Jorge Martínez Aspar en las divisiones de menor cilindrada. La moto es una cosa de españoles. Una de las cosas que hacemos bien. Estemos orgullosos de ello.
Joan es caliente y frío, calculador y tenso. Es un piloto extraño, que mezcla las virtudes. En Cheste festejó su primer triunfo de la temporada hace una semana y hoy aseguró el Mundial en la misma pista con un séptimo puesto. Ha ganado el cielo del motociclismo sumando puntos con regularidad, con cabeza. Ha rematado el monopolio español en la década prodigiosa del motociclismo español.
Su paisano Jorge Lorenzo fue campeón en 2010, 2012 y 2015. Marc Márquez tomó el testigo del mallorquín para mejorar la plusmarca española con sus títulos obtenidos en 2013, 2014, 2016, 2017, 2018 y 2019. Mir pone el broche de oro y abre el duelo del futuro con Marc Márquez, con Rins y con Maverick.
Joan Mir Mayrata nació en Palma de Mallorca en 1997. El motociclismo es su pasión, dice, su estilo de vida. Su primera moto fue una Polini cuando tenía seis años. Un año después llego la Honda QR. Con su padre y su padrino dio sus primeros pasos en este deporte. Le apasionaba montar en cualquier cosa que tuviera ruedas. Los patines y el patinete fueron otra ilusión de su infancia. Saltar en las rampas en su jardín y jugar con sus amigos era lo que más me gustaba del mundo.Su padre continúa con las tiendas de patines en Mallorca.
Entró en la competición después de ver una carrera de su tío Joan Perelló, que participó durante dos años en el Mundial con el equipo Stop&Go. Ese día fue espectacular para él. Sería piloto. Pasó a entrenar en la escuela del padre de Jorge, Chicho (Chicho Competición), donde dio los primeros pasos de técnica de pilotaje sobre moto. En el año 2009 entró en la escuela de motociclismo de la Federación Balear, con sus monitores y Dani Vadillo, quien se hizo cargo de su aprendizaje personal. Por aquella época Valentino Rossi era una de sus ídolos. Hoy comparte parrilla con él. Pero si hay alguna persona a la que admira por su comportamiento dentro y fuera de la pista ese es a otro paisano, Rafa Nadal. Piensa que de Rafa podemos aprender muchos valores y conductas para afrontar tanto la competición como el propio día a día. El lema de Mir es que nunca debemos perder las ganas de aprender y mejorar.
Sus primeras grandes batallas fueron en el Campeonato de Baleares y en la Copa Bankia, con buenos amigos en pista y al mismo tiempo grandes rivales que le hicieron superarse para estar a un gran nivel. En 2011, en la categoría XL160, consiguió el Campeonato. Al siguiente año venció en el campeonato Copa PreGP 125cc y consiguió plaza para correr la Redbull Rookies Cup, donde estuvo varias temporadas con grandes resultados y adquirió una buena experiencia en circuitos internacionales que le sirvió para llegar hasta donde ha llegado hoy, al Olimpo del motociclismo.
En 2015 corrió en el FIM CEV con el equipo Leopard Racing. Ese año fue muy complicado con cambios en el equipo. Paco Sánchez le ayudó a sacar adelante la temporada y seguir su aprendizaje. Ese mismo año tuvo la oportunidad de debutar en el Mundial en el Gran Premio de Australia. Esa carrera fue bestial, pese a terminar por los suelos, ya que salía en la decimoquinta posición y consiguió rodar con el grupo de cabeza, en la cuarta plaza, hasta que se cayó.
En 2016 disputó el Mundial. Seguía cumpliendo sueños y debía entrenar duro para tener buen nivel y no detener su progresión. Ese año consiguió sus primeros podios como mundialista y terminó quinto en la clasificación absoluta, a pesar a tener varias caídas que le hicieron aprender mucho. Aquel año fue el mejor rookie de la categoría.
Empezó 2017 muy fuerte y motivado. El año fue espléndido. Fue campeón del Mundo de Moto 3 con diez victorias y trece podios. El salto de Moto 2 a MotoGP fue muy rápido. Suzuki le esperaba. Hoy es campeón del mundo. Entra en el palmarés junto a Giacomo Agostini, su ídolo Valentino, Jorge Lorenzo y Marc Márquez. Y todo por culpa de su padre, su padrino y de su tío Perelló.
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