Se lesiona Marc Márquez y el Mundial de MotoGP se queda huérfano. La baja del rey del motociclismo universal, que ha conquistado los títulos de 2013, 2014, 2016, 2017, 2018 y 2019, no podrá igualar este año las siete coronas de Valentino porque esa dolencia le impide correr en este campeonato tan comprimido en tres meses que no hay tiempo para recuperarse.
Los hechos demuestran que si este fuera un año normal, extendido en el tiempo, Marc llegaría al Mundial en la sexta carrera y ganaría el Mundial con una mano y medio pie. El campeón nacido en Cervera comprueba con rabia que el Mundial de la cilindrada grande no tiene dueño. Cada día gana un piloto y el que vence dos veces se hunde en la tercera prueba, superado por la presión.
Es una pena. Marc conseguiría su séptima corona de MotoGP con pisar la pista. Su reto de alcanzar los ocho cetros de Agostini sigue perenne, pero deberá esperar. Suma seis (más dos en las otras categorías) y quiere dejar atrás a Rossi y a Giacomo. El Mundial, hoy, muestra un nivel mediano sin el gran campeón. No hay nadie que mande, nadie que gane con claridad. Porque el jefe está lesionado.
Marc les ha dejado solos y corren descarriados, sin saber vencer. Les ha permitido competir sin la presión que genera el campeón y lo que han demostrado es que no son grandes campeones. Márquez no tiene rival. Les ha comido tanto la moral que cuando corren sin él no saben qué hacer, acostumbrados a perseguir a un líder. Marc es el más grande y, fuera del asfalto, también lo demuestra.
GRAF1544. CERVERA (LÉRIDA), 04/02/2019.- El piloto de MotoGP y campeón del Mundo Marc Márquez durante la entrevista concedida a Efe en la nave que tiene en Cervera, su refugio, en la fase final de su recuperación que ha sido “más dura” de lo que esperaba. EFE/Susanna Sáez
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