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Mil de cal y uno de Arenas, va por tu bazo

El gerundense conquista la corona de Moto3 a fuerza de trabajo, tesón y muchos sinsabores, como cuando casi pierde el bazo entrenándose con la bicicleta

Mil de cal y uno de Arenas, va por tu bazo
-FOTODELDÍA- EA7369. PORTIMAO (PORTUGAL), 22/11/2020.- El piloto español Albert Arenas es manteado por sus compañeros de equipo (KTM) al proclamarse nuevo campeón del mundo de Moto3 en Portimao (Portugal) este domingo. EFE/ Jose Sena Goulao
Tomás González-Martín el

Es un privilegiado en un mundo de privilegios. España suma 54 títulos mundiales en el motociclismo universal y cuenta con Marc Márquez, Jorge Lorenzo, Ángel Nieto, Jorge Martínez Aspar, Ricardo Tormo, Sito Pons y Dani Pedrosa como grandes referentes históricos y presentes. Pero nuestros grandes pilotos, los que han conquistado esas 54 coronas, son solo 21. Albert Arenas es ese vigésimo primer campeón español de motociclismo.

Albert Arenas Ovejero, nacido en Gerona el 11 de diciembre de 1996), es un año mayor que Joan Mir, que ha sido el vigésimo campeón españolen la historia del Mundial. Y es la antítesis de Mir. Joan es un espejo de adrenalina, explosivo en pistas. Albert es el campeón del trabajo diario, constante, de la lucha periódica por llegar al campeonato y hacerse un hueco.

Se ha proclamado campeón de Moto3 a fuerza de pelear contra viento y marea. Los comienzos de arenas en el motociclismo don los clásicos de todos los campeones. Vivía en una familia que amaba las dos ruedas. Papá, Manel, trabajaba en un concesionario de BMW. Las motos pequeñas, las pocket bikes, eran su anhelo desde muy niño, desde los cinco años.

Nuria y Manel, sus padres, le permitieron competir siempre que aprobara cada año con notas decntes. Albert aprobó bien. Llegó a la Universidad y dejó la carrera de Ingeniería Industrial en el IQS de Barcelona en el segundo curso, porque el asunto de la moto iba en serio, profesional.

Debutó en las competiciones catalanas de niño y saltó por todas las Copas de Promoción del RACC. Sus primeros éxitos llegaron en el Open RACC 70 y la Challenge 80. Cogió el testigo de Maverick Viñales en las motos del equipo de promoción RACC-BQR. En 2009 saltó al RACC Junior Team. El paso al Mundial junior, en 2011, fue el golpe definitivo. Tenía catorce 14 años y peleaba junto a un gran amigo, Alex Rins, y Alex Márquez.

La verdad es que le ha costado alcanzar las metas. Estuvo tres campañas en el Campeonato de España de Velocidad. No progresaba. Una lesión en la mano derecha, en 2014, le impidió luchar por el título del CEV. Al año siguiente fue subcampeón, en el Laglisse Academy. Ganó Bulega. Pero el segundo puesto tampoco le permitió ascender al Mundial. Lo hizo a los 19 años, en 2016. Se encontraba de vacaciones, en Playa de Aro, y le llamaron para sustituir a Masbou en el Peugeot MC Saxoprint desde el Gran Premio de Sachsenring.

Pero fue otra llamada telefónica, la de Jorge Martínez Aspar , la definitiva. El director español le ofreció la Mahindra oficial de su equipo de Moto3, después de haber sido piloto invitado en Jérez y en Montmeló hace cuatro años. Aspar le introdujo en el Mundial 2017 con 20 años.

Arenas ha sido fiel a Jorge Martínez Aspar. Con él ha evolucionado. Fue complicada su primera campaña con Mahindra, pero en 2018 este equipo se unió a KTM y así alcanzó su primer cajón. Y luego la famosa victorias en Le Mans. Unas semanas antes, en el Gran Premio de España en Jérez, Arenas fue cazado tománose un helado. Rompía las normas del piloto, que no puede engordar y los helados están prohibidos. La siguiente carrera era Le Mans. Alert adujo que si quedaba entre los cinco primeros invitaría a un helado a todo el equipo. Salió y triunfó.

En 2019 era favorito a la corona de Moto3, pero una grave caída entrenándose con la bicicleta destrozó su sueño. Su bazo quedó muy dañado. Tardó en volver a vencer, en Buriram. Sumó dos podios inmediatamente después, en Motegi y Phillip Island. Tendría que esperar a 2020.

Este año ha tocado el cielo en una cilindrada loca, donde las caídas te pueden arrollar sin tener culpa de nada. Venció en Jérez. Luego ganó dos grandes premios más. Tres victorias en las cinco primeras pruebas. Así comenzó a asegurar el título rematado hoy con sufrimiento, en otra carrera alocada. Pero antes ha vivido muchos vaivenes, sí.

McPheee le hizo sudar en Montmeló, al perjudicarle y permitir que Ogura tomara el liderato de la general por tres puntos. En Cheste se vio otra vez perjudicado en la caída de Vietti y el choque con  López. Pero al final llegó la corona. Varias de cal y uno de Arenas. Y ya conoce su futuro. Da el salto a Moto2 con Aspar, compañero de Canet.

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