El Mundial de MotoGP se encuentra tan peleado, tan competido, que cualquier caída, cualquier incidente, es muy importante. El retorno de las vacaciones ofreció una carrera espectacular en Austria, con 23.000 espectadores en las gradas ansiosos de motociclismo. Desde que Marc Márquez se lesionó, hace dos años, el campeonato es una lucha periódica en la que no hay un favorito claro y el que se considera tal, pronto cae en un rol secundario. Quartararo es ahora un líder sólido, pero no puede cantar victoria. Las poles son una lotería, como las carreras, porque la igualdad es máxima.
Márquez ha vuelto para recuperar el trono perdido, pero su lesión se complicó sobremanera y este año tampoco ganará el título, aunque ya ha conquistado un gran premio y su mejoría es evidente. En 2022 espera alcanzar de nuevo su liderazgo. Hoy, en Estiria, en Austria, Jorge Martín salía desde la pole por segunda vez esta temporada y confirmó ese primer puesto cion una victoria estratosférica, la primera de su via en MotoGP y con una Ducati satélite. Tras él arrancaban Bagnaia, Quartararo y Mir, que estrena el «holeshot» en su Suzuki y alcanzó al final la segunda posición en una bonita competición con Martín. Marc Márquez partía desde la séptima plaza y Dani Pedrosa, en su regreso a MotoGP como invitado, ocupaba el decimocuarto puesto de salida.
Savadori salvó la vida cuando se cayó en el asfalto y su moto ardió en medio de la pista, para salir corriendo y evitar que le arrollaran; Pedrosa chocó con ésa montura tirada en el asfalto, lo que provocó el incendio de todo el combustible y la bandera roja que obligó a dar una nueva salida
En la tercera vuelta, Dani Pedrosa se encontró tirado en la pista a Savadori y su máquina y el choque de las motos provocó un incendio del combustible que regó la pista a lo ancho y puso fuego por todos los sitios, lo que obligó a detener la prueba con bandera roja. Savadori corrió, cojeando, para no ser arrollado por otros pilotos, mientras. El accidente sucedió segundos después de presenciar cómo Márquez había llegado a colocarse tercero en carrera, tras pasar a Mir, pero acto seguido se fue de largo y le superaron Quartararo, Mir y Viñales, para volver a ser sexto.
En el parón del accidente, Aleix Espargaró se quejó ante Marc Márquez de su dura arrancada desde la parrilla, donde le tocó. Qartararo utilizó las mismas armas, duras, rozándose con Marc, para ponerse tercero y relegar al ilerdense de nuevo a la sexta posición. Había demasiados cuchillos en el asfalto.
El Gran Premio comenzó otra vez, con la misma parrilla de salida, a las dos y cuarenta minutos de la tarde. Diecisiete vueltas por delante. Y fue una fiesta española. Jorge Martín y Joan Mir se escaparon muy pronto para protagonizar el gran duelo por el triunfo. Qartararo, líder del Mundial, no pudo acompañarles y vio claro que mantener el tercer puesto del podio era una buena clasificación para su primer puesto en la general.
El madrileño Jorge Martín disfrutó en «su circuito» fetiche, una pista en la que venció en Moto 3 y en Moto 2. A bordo de una Ducati satélite, el hijo predilecto de San Sebastián de los Reyes se disponí a ganar su primera gran premio de la cilindrada reina. Detrás, el campeón del mundo, Mir, inenta quitarle ese sueño a su compatriota, pero las frenadas de Martín, al límite, eran insuperables.
Martín conquistó el gran sueño en su pista preferida. Mir demostró que su título mundial aún tiene mucho que decir ste año. Qartararo sujetó u liderato con el tercer cajón del pedio. Márquez fue octavo.
El anuncio del adiós de Valentino fue la noticia paralela al gran premio. Ha sido un cuarto de siglo encima de una moto en el Mundial. Toda una vida sobre dos ruedas, porque su padre, Grazziano, fue piloto de 250 y su hijo «Vale» vivió el campeonato desde pequeño, en la caravana de su padre, colgando la ropa al aire libre para secarla y volver a competir al día siguiente. Esa era la aventura de los pilotos de los años sesenta, setenta y
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