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Rossi firma la paz con Márquez, pero Iannone toma su testigo

Tomás González-Martín el

La prensa italiana ensalzó en Montmeló la gran carrera de Valentino y su extenso error dialéctico de enemistarse con Márquez durante nueve meses de tensión que Rossi cerró al dar la mano al español tras su bonito combate en el circuito barcelonés. Fue un reconocimiento del veterano campeón. La muerte de Luis Salom suscitó la reflexión de Valentino. De todos. Sus cuitas con Marc, culpa de VR46 al tirarle por los suelos, eran cosas sin relevancia al lado del fallecimiento del mallorquín. Lo malo es que Iannone ha tomado ahora el testigo agresivo de Rossi.

El piloto de Ducati arrolló a Lorenzo en el Gran Premio de Cataluña en un comportamiento agresivo que ya es norma en el italiano. Si Valentino echó de la pista a Márquez hace nueve meses, Iannone ha vuelto a tirar a un rival en el asfalto. La telemetría expresa que Jorge iba rápido en la curva y que fue el italiano quien no frenó hasta arrollarle. Y pudo ser peor. Pudo provocarle lesiones graves. Hubo suerte. Jorge no las sufrió. Pero perdió muchos puntos que pueden decidir el título. Y el duelo España-Italia surge en estas situaciones con intereses y sospechas.

El díscolo italiano ha sido sancionado, al igual que Rossi en Valencia, con salir el último en el próximo gran premio. Eso ya no es suficiente. Los escarmientos se producen cuando un piloto no corre, castigado, y su marca y sus patrocinadores no están en pista. Lorenzo era líder del Mundial, lo continuaría siendo si no hubiese sido arrasado y ahora es segundo, tras Márquez. Las consecuencias son enormes. Y no fue un mero error del piloto, no. Es que ni siquiera frenó. Las futuras reuniones de Comisión de Carrera deberán agravar las sanciones en estos casos. Si no hay suspensión, que se aplique el castigo de salir el último en cuatro carreras. Verán cómo todo cambia.

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