Pentacampeón del mundo de MotoGP, hasta que los 66 clavos de aluminio colocados en sus piernas dijeron basta, Mick Doohan ha criticado a Valentino Rossi por su antideportiva reacción en las dos últimas carreras del Mundial de MotoGP. Serio, sin buscar nunca la polémica, sin hacer espectáculos fuera de la pista, el australiano ha sido contundente al analizar con dureza las actitudes del campeón italiano. Lo primero que ha dicho de él es que sea menos prepotente. Valentino subrayó en el circuito de Cheste que muchos pilotos le molestaron en su progresión hasta el cuarto puesto. Y Doohan le contesta con claridad: “No puedes esperar que todos los pilotos se aparten porque tu te juegues el título, pues cada uno tiene que hacer su mejor carrera posible”.
Al excampeón oceánico le sorprendió el comportamiento de Rossi en los grandes premios de Malasia y de Valencia: “Es posible que fuese su última oportunidad de ganar el Mundial, pero jamás le había visto reaccionar de esa manera”. Valoró el título de Lorenzo, cosa que el ítalo no ha hecho: “Todo son tonterías, ganó el mejor, que fue Lorenzo”. Y destacó que Valentino estuvo falto de inteligencia al meterse con Márquez en la rueda de prensa previa al Gran Premio de Malasia. Se creó un enemigo, en vez de buscarse un aliado: “Valentino le dio a Márquez la excusa, en Sepang, para no adelantar a Jorge en Valencia”. Más claro, el agua.
Lo que dice Dohan, sin decirlo, es que si él estuviera en la tesitura de Rossi a falta de dos carreras le habría echado flores a Márquez en la rueda de prensa de Malasia, no le habría dicho que estaba aliado con Lorenzo. Al final, el halo de superioridad que rodea a Valentino le derrotó. El número 46 tiene un problema: siempre ha sido incapaz de elogiar a un piloto de su misma categoría. Atacó siempre a sus adversarios. A Biaggi. A Gibernau. A Stoner. A Lorenzo. Y ahora a Márquez. Si se hubiera bajado de su púlpito, habría pensado que necesitaba de Márquez para ganar el Mundial. Pero es imposible que él alabe a un rival directo, aunque en ese final de campeonato no era el principal oponente. Está acostumbrado a criticar a Stoner, a Lorenzo, a Biaggi, a Gibernau, y a que muchos le hagan la ola riéndose de sus ataques burlescos, empezando por los periodistas italianos. Esa prepotencia le ha derrotado. La lección ha sido dura. No sabemos si la habrá aprendido. Esta vez, el diablo no supo más por viejo que por diablo. El diablo, en esta ocasión, se clavó él mismo su tridente. Doohan , con 66 clavos en sus piernas, con un pasaporte internacional especial que indica que supere los controles aeroportuarios porque su aluminio hace saltar las alarmas, habría sido mucho más listo en esa situación. Siempre lo fue. Crivillé le tuvo que soportar en el asfalto y lo sabe muy bien.
Otros temas
