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Jorge Lorenzo, en busca de un imposible

Tomás González-Martín el

Otra vez los dichosos neumáticos han dejado a Lorenzo detrás de Valentino cuando dominaba la carrera. La pista se secó, se hizo carril y sus gomas no aguantaron ante Pedrosa y Rossi. El mallorquín necesita sacar 18 puntos al italiano cuando restan 75 por repartirse. Tres grandes premios, Australia, Malasia y Valencia, en los que intentará una proeza: ganar los tres y que su máximo enemigo no sea segundo en las tres citas.

Jorge ha sido más rápido que Valentino a lo largo del Mundial, pero no le ha ganado en sabiduría y técnica. El campeonísimo de todos los tiempos sabe resguardar mejor sus ruedas. Las quema menos. Y cuando ha llovido ha sacado su manual de sabio para dar un vuelco a cada carrera y superar al español. Hay que reconocérselo. Tener 36 años y derrotar a jóvenes como Lorenzo, Márquez y Dani supone un mérito incalculable. El ítalo ha triunfado frente a tres generaciones, ha vivido la revolución tecnológica de las motos, ha saltado a la era digital de las monturas y sigue en primera fila, camino de conquistar ahora, en el ocaso de su trayectoria profesional, su octava corona de MotoGP e igualar la plusmarca de su compatriota Giacomo Agostini.

Jorge Lorenzo fue el hombre que bajó a Rossi del trono en 2010 y Valentino pretende volver al sillón con una victoria de revancha cinco años después. El balear, sin embargo, no ha tirado la maneta. Piensa conseguir una gesta como las que VR46 patentó en 2001, 2002, 2003, 2004 y 2005. Solo Jorge es capaz de lograr ese sueño. Tiene pilotaje, confianza, seguridad, voluntad, potencia y agresividad mental para superar al mito que marcó su ascenso triunfal en MotoGP. Derrocar a Valentino fue su claro objeto de deseo desde 2008. Lo hizo realidad. Campeón mundial de MotoGP en 2010 y 2012, sumar ahora su tercera corona significaría una victoria histórica ante el ídolo de masas, que tiene 18 puntos de ventaja y teme sufrir un golpe de esta índole. Solamente Lorenzo puede dárselo. Él lo sabe.

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