Los medios cainitas italianos, vendidos popularmente a Valentino durante veinte años, han generado una primitiva campaña antiespañola que comenzó con Marc Márquez y se extiende a Jorge Lorenzo. Qué casualidad, con los dos grandes rivales de Rossi en su objetivo de conquistar su octava corona de MotoGP e igualar el registro de Giacomo Agostini. La campaña es tan dura que la ha sufrido un niño con síndrome de Down español que subió a un podio de una competición de jóvenes. Le silbaron en Italia. Y el ataque continúa. El objetivo es calentar este ambiente de oposición a los dos grandes campeones españoles hasta la próxima temporada para perjudicar a ambos en beneficio de su compatriota. Debe ser la única forma que tiene Valentino de poder ganarles.
El nuevo ataque lo ha vivido ahora Lorenzo. Saben ustedes que el piloto mallorquín perdió muchos puntos en tres grandes premios por empañársele la visera de su casco HJCAHelmets. En Italia se ha publicado que la marca asiática ha roto con el triple ganador de la cilindrada reina. Se pretende desde Italia que los dos campeones españoles tengan problemas con las multinacionales, a rebufo del polémico desenlace del título mundial de este año.
Jorge Lorenzo ha tenido que salir a la palestra y contestar a tantas mentiras. Ha dado las gracias a HJCA España por aclarar que ambas partes siguen ligadas para el futuro. Y el triple campeón español de MotoGP ha explicado literalmente que todo estos rumores salen de los medios italianos para hacer daño.
El ambiente de oposición no es baladí. De Márquez se dice que es un cretino y que debería retirarse del motociclismo. Nunca se ha vivido un clima tan bélico en el mundo de las dos ruedas. Márquez y Lorenzo ya han advertido que tendrán que tomar muchas medidas de seguridad para sentirse protegidos en los Grandes Premios de Italia y de San Marino 2016. La organización del Mundial pidió a Honda no publicar la telemetría que demostraba el toque que Rossi dio al freno de Márquez hasta que se cayó en el Gran Premio de Malasia. La organización también debería rogar a Rossi, por mucho Mundial que venda, que corte con este aura de guerra que él permite. Si Valentino dice que se acaben los ataques, todo se detiene. Pero no ha dicho nada. Ni ha pedido cordura tras saber que el niño español con síndrome de Down fue pitado en un podio. Por ahí empieza el problema. Y Valentino será responsable de todo lo que suceda, porque sabe muy bien que todos harán o dejarán de hacer lo que él diga.
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