La Comunidad de Madrid y Peugeot España homenajean hoy a uno de sus ciudadanos más brillantes, Carlos Sainz, y a su copiloto Lucas Cruz, con una exposición que repasará la victoria de ambos en la última edición del Dakar, el rally por antonomasia.

Se lo merecen. Lucas, callado, siempre discreto, es un trabajador nato, muy cualificado, que se adapta a Carlos Sainz en carrera sin rechistar. Eficaz y silencioso, ajeno al protagonismo. Cruz le deja el protagonismo a Sainz, que lo tiene por méritos propios. Su éxito en el segundo Dakar que engrosa su palmarés es un broche a su carrera.

Dice Lucas que Carlos le ha dicho en la privacidad de tantos años juntos su secreto, su virtud y a la vez su condena: “Carlos me dice que no sabe ir despacio”. El madrileño puso al Dakar la punta de velocidad que necesitaba desde el año 2006, cuando debutó. Pero esa rapidez le ha roto muchos coches y le ha destrozado demasiadas victorias al piloto español. Es su personalidad, su carácter. No le podrán cambiar. Así ganó dos Mundiales de Rallys y dos Dakar.

En el homenaje, que se realizará en la Real Casa de Correos, sede de la Comunidad de Madrid, veremos monos y cascos de Sainz y de Lucas, así como el Peugeot 3008 DKR que ganó el Dakar 2018, que estará expuesto junto a un nuevo Peugeot 3008 de los que compramos nosotros, para que podamos comprobar las diferencias entre uno y otro. La muestra será inaugurada hoy por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes y el director general de PSA para España y Portugal, Christophe Mandon.

La presidencia de Peugeot España ha sido fundamental para que Sainz ganara este Dakar, porque fue Peugeot España quien apoyó al campeón español para obtener el cuarto coche de la escudería en el raid. Sin esa ayuda habría sido muy complicado. Hay que decir las cosas muy claras. Peugeot deja el Dakar después de este gran triunfo, un adiós que ya estaba decidido, y en principio no había inversión para cuatro coches. Peugeot España fue decisiva para la participación de Carlos Sainz. El madrileño devolvió la confianza con el máximo galardón de los rallys en el mundo. El hombre que nunca sabrá ir despacio triunfó. Y ahora no ha decidido todavía si cuelga los guantes y el casco. Esta es la única decisión que tomará despacio. Y ver colgados los cascos de Sainz en la Real Casa de Correos es una metáfora de lo que puede suceder.