Hasta la lluvia tiene miedo a Viñales

El Mundial de Motociclismo debe comenzar en Qatar y la lluvia lo ha retrasado todo. Hasta el agua tiene miedo de Viñales, que desde que fichó por Yamaha ha arrollado con su nueva moto y se ha encaramado al escalón más alto de gran favorito al título, a la altura del campeón vigente, Marc Márquez. Los dos españoles son los firmes candidatos a la corona.
Maverick Viñales vive una sensación similar a la del pupilo de Alzamora, que era favorito al triunfo absoluto nada más entrar en MotoGP. Maverick tiene la experiencia previa de haber corrido en la máxima categoría en una montura inferior. Ahora ha llegado a la escudería del diapasón, compañero de Rossi, y ha superado al astro italiano hasta convertise en el mejor motociclista de la pretemporada. Ahora falta que el gerundense demuestre ese liderazgo en carrera, que una cosa son los ensayos y otros los grandes premios y la presión de ser considerado el hombre a batir junto al cámpeón actual.
Marc demostró desde su primer día en Honda que era un líder. Viñales ha de confirmarlo en este Gran Premio de Qatar, si el agua lo permite. Fíjense si el ambiente tiene miedo de Viñales que en Qatar llueve seis días al año y todos han coincidido con el estreno oficial del gerundense en Yamaha.
Rossi es mal compañero de Viñales. Intentará minarle psicológicamente para que el español no le reste el mismo protagonismo que le quitaron Lorenzo desde dentro y Márquez desde fuera. Atacó a Jorge y a Marc durante años y ahora hará lo mismo con Maverick. Lo sabe. El enemigo en casa. Valentino intentará decir en la pista que no solo está en el Mundial porque vende más motos. Por esa razón económica se renovó al italiano en Yamaha antes que a Lorenzo. Ahora, Viñales debe derrotar también al campeoníssimo antes de pelearse con Márquez. La sombra del 46 es muy larga. Recuerden su campaña contra Lorenzo y Márquez diciendo que la última carrera de 2015, en Valencia, fue un pacto. Cuando Rossi pierde, dice que los demás hacen trampas. Ya conocemos al personaje. Pues los españoles llevan haciendo trampas desde 2010. Menos mal que nadie le cree. Y ya sabemos cómo maneja a su prensa adicta.