Tomás González-MartÃn el 19 nov, 2010 El nuevo Rossi debuta el 1 de febrero Se encuentra en el invernadero. En hibernación, como los osos en las cuevas de las montañas. Valentino vivirá en sus cuarteles de invierno una preparación perfecta para recuperarse de la intervención quirúrgica y volver a ser el que fue. Dice Rossi que ahora tiene el hombro como nuevo. Los médicos se asustaron al observar que los tendones estaban bastante dañados después de dieciséis años de trabajo al más alto nivel. La operación duró el doble de lo previsto. Superado el trago, el ídolo universal de este deporte ha comenzado a exigir fuera del box con el mismo rigor que exige dentro del box. Si a los técnicos les explica con sabiduría sobrenatural lo que falla y lo que desea de una moto, a los doctores les solicita que aumenten su preparación física invernal al límite de lo posible para poder estrenar la Ducati el 1 de febrero, en los primeros entrenamientos oficiales de la temporada. Es su meta. Se ha pintado esa fecha en su diana con el número 46. Desea competir frente a los rivales desde la primera sesión de la campaña de su reacción. Sabe que todo el planeta de las dos ruedas se encuentra pendiente de su “resurrección”. No quiere repetir esa imagen de campeón dolorido, resignado, derrotado, por culpa de esa lesión de cartílagos y de tendones que le tenía crucificado. Pretende reeditar su faz de campeón rocoso. La que dio en 2009 frente a Lorenzo, el mayor enemigo de su carrera. Lo tendrá difícil. Porque Jorge es la horma de su zapato. Tiene calidad, inteligencia, frialdad y ha adquirido la experiencia y el poso de su viejo compañero de batalla. “Vale”, veterano en mil lides, está impaciente por probarse a lomos de la Ducati. No soporta la duda de saber si llegará al 1 de febrero en forma. Es su objetivo. Sus “tifosi” de todo el mundo le llenan de mensajes ilusionados. Los incondicionales del mito no admiten que pierda, que sea humano. Si ustedes leyeran todas las cosas que dicen de Valentino y las justificaciones que encuentran al éxito de Lorenzo comprenderán que el italiano ha superado la normalidad. Ha convertido a sus seguidores en seres paranormales. No quiere decepcionarles. Sueña con venderles de nuevo la foto del ganador sin fisuras. Las dolencias físicas le hicieron humanoide. Sus forofos no lo admiten. Tiene tres meses por delante para volver a ser extraterrestre. deportes Comentarios Tomás González-MartÃn el 19 nov, 2010