Tomás González-MartÃn el 19 dic, 2010 Dicen sus amigos, entre ellos el de la pollería virtual Osvaldo, que sabían que Valentino dejaría Yamaha porque había cumplido su meta: 46 victorias con el número 46 colocado en la cúpula de una moto que eligió en 2004 para dar sopas con onda a Honda. Los amiguetes de Rossi aportan a su campeón esas dosis de humor que despliega al final de las carreras, vestido de doctor o de gallina (“gallina vieja siempre da buen caldo”). Ahora, el mejor piloto de la historia traslada el número 46 a su Ducati. Lo primero que hizo al debutar con la máquina de su país fue colocar la pegatina del número en su nueva montura. A sus 32 años no le queda tiempo para disfrutar de otros 46 éxitos en el equipo “rosso”. Con siete coronas mundiales de MotoGP y nueve en el total de su carrera, lo que VR persigue es igualar los ocho título mundiales de la categoría reina que posee su compatriota Giacomo Agostini. Lo que Rossi desea es alcanzar los 122 grandes premios de su paisano. Hoy suma 105. Valentino, un cachondo integral que se convierte en el profesional más exigente cuando se sube a la moto, quiere obligar a “Giacomo a volver a competir para obtener la victoria 123”. Anhela que Agostini vuelva a subirse a una máquina. Sería un acontecimiento interplanetario. En esa, VR es también el número uno. En 2011 perseguirá ese octavo título. Pretende acabar con ese joven, Lorenzo, que acabó con buena parte de su mitificación. Dice Aspar que VR será más peligroso en 2012 que en 2011, porque ya tendrá la Ducati a su gusto. El director más importante del campeonato deja claro que tenemos emperador para rato. Los 122 éxitos no son un sueño. Es su apuesta: “46, Ducati, par rojo”. deportes Comentarios Tomás González-MartÃn el 19 dic, 2010