Era impensable hace solamente tres años pensar que Jorge Lorenzo y Dani Pedrosa estarían unidos en denunciar las acciones antirreglamentarias de un piloto. Ellos, que se acusaron recíprocamente cuando eran rivales en las cilindradas inferiores. Sus directores, entonces, tuvieron buena culpa de ello, trasladando sus antagonismos a sus lebreles. Cuando el mallorquín llegó al Mundial de MotoGP, en 2008, quiso hacer las paces con Dani. El Rey tuvo que forzar aquel saludo artificial. Posteriormente, ambos firmaron la paz sin pipa y sin tabaco. Los dos sufrieron la agresividad de Simoncelli y Jorge se lo dijo en un Gran Premio de Portugal, pocos meses antes de la muerte del italiano en este circuito, Sepang. Posteriormente, Marco falleció por un verdadero infortunio. Esta temporada, Pedrosa comenzó a quejarse del pilotaje in extremis de Marc. Lorenzo le acusó en el Gran Premio de España, en Jerez, cuando el ilerdense le metió el hombro y le privó de la victoria, en la misma curva que Rossi echó del asfalto a Gibernau hace una década. Hace dos semanas, un exceso de velocidad de Márquez supuso que su moto tocara la Honda de Pedrosa por detrás y que saltara un cable maldito. Dani se estrelló. Márquez terminó la carrera. Pedrosa le denunció. El Mundial solo advirtió a MM93. No le quitó puntos. Y Lorenzo se alió con Dani en las críticas a la comisión disciplinaria del campeoanto y al líder del cotarro, este chaval fogoso que ha debutado con aires de grandeza.
Ahora, Jorge y Dani son compañeros de intereses. Los tres se enfrentan en el Gran Premio de Malasia y el fragor de la batalla española es excesivo. Dirección de Carrera espera que haya deportividad, porque a partir de ahora se mirará todo con lupa. Los dos veteranos afirman que podían haber sancionado antes a Marc y no avisar ahora. Es increíble el ambiente caldeado existente entre los tres campeones españoles. Pedrosa y Lorenzo deben frenar al joven para mantener sus aspiraciones al título y están “cansados de soportar sus actuaciones al borde de lo imposible”. Mañana, en Sepang, habrá un combate muy emocionante. Como dice Jorge, estas peleas dan audiencia televisiva. Critica con ironía a los poderes disciplinarios, que permiten esas acciones sin tomar medidas más que cuando el toro se les ha escapado.
Esperamos que la deportividad se mantenga. Ha existido una guerra dialéctica, psicológica. La sangre no debe llegar al río. Los tres son grandes deportistas. Ganadores. Mañana deben ofrecer otro espectáculo de motociclismo. Y Rossi les verá desde la distancia. Eso lo dice todo.
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