Casey Stoner reaparece en el Gran Premio de Japón y a Pedrosa le da igual desde el punto de vista deportivo. Algunos piensan que el australiano puede ayudar a Dani en su lucha por conquistar el título de MotoGP. Y el español piensa que apoyos recibirá pocos. Casey irá a lo suyo. Es lo normal. En el motociclismo hay poco trabajo en equipo. Los dos son pilotos de Honda, pero corren de manera individual. Ya se sabe, tu peor enemigo es tu compañero de escudería. A Pedrosa le vendría muy bien que Stoner se intercalara entre él y Lorenzo para obtener nueve puntos de margen por gran premio. Quedan cuatro carreras y Jorge aventaja a Dani en 33 puntos. Podría suceder. Pero el número 26 sabe que las habichuelas se las tendrá que cocinar solito. Lorenzo, líder del Mundial, también cuenta con esa opción del enemigo. Está sereno. Piensa que debe adjudicarse alguna de las cuatro citas restantes para rematar su segunda corona en la división de honor del motociclismo. Para convertirse en el mejor piloto español de la historia, con permiso de Nieto. Tener dos cetros de la categoría reina le concedería esa consideración. Hace treinta años, si Ángel Nieto y Jorge Martínez Aspar hubieran pronosticado que tendríamos a dos españoles luchando por el máximo entorchado de las dos ruedas, les habrían ingresado en un psiquiátrico. Hoy, el dominio español en todas las cilindradas tiene al resto del mundo loco de envidia.