Tomás González-MartÃn el 15 ene, 2012 La organización del Rally Dakar consiguió lo que quería: el doble triunfo de sus compatriotas. Peterhansel venció en coches con toda justicia, por delante de Nani Roma, firme candidato de futuro para la victoria. Y Cyril Despres se impuso en motos con toda injusticia, después de una ayuda vergonzosa que le regaló nueve minutos el miércoles y obligó a Marc Coma a arriesgar hasta el final y romper el motor a dos días del banderazo definitivo. Nunca se había producido una decisión tan preocupante para apoyar a un piloto. La dirección anuló un trozo de etapa ya disputada, hace seis días, y permitió que Despres se adjudicara su cuarto Dakar, gracias a nueve minutos de oro que dejaron al español con una mínima ventaja de minuto y medio en la clasificación tras un esfuerzo sobrehumano. ¿De qué vale obtener tanta diferencia si luego llegan los dueños del cotarro y suspenden lo que quieren? El grupo ASO debería pensar si esto es serio. Está bien que recorten etapas antes de correr cuando hay nieve o peligros imposibles de controlar. Pero cortar trayectos ya terminados hace que el rally parezca de risa, si no fuera para llorar por esta dictadura caprichosa. Ya tienen a su paisano en lo alto del podio de las dos ruedas. Para los competidores, para quienes han sudado durante quince fechas hasta extremos insospechados, el vencedor fue Marc. El catalán regresará en 2013 con el objetivo de conquistar su cuarto raid. Si los directores se lo permiten. Y si los patrocinadores no se rinden ante tal favoritismo. deportes Comentarios Tomás González-MartÃn el 15 ene, 2012