En vez de dar Oscar, parece que han repartido cartas: uno gordo para cada uno. Es evidente que la Academia patinó al no “nominar” a Ben Affleck al premio al mejor director, y lo de que consideren la suya como la mejor película con el mejor guión lo atestigua. También es evidente que Spielberg ha sido sacado de ahí a empujones, y por lo que sea su “Lincoln” no ha hecho historia, al menos en sentido positivo. Creo que ya se sospechó la mala noche de Spielberg cuando de salida una de sus bazas más seguras, Tommy Lee Jones, se quedó a verlas venir. Yo creo que Christoph Waltz está brillante en “Django”, como lo estaba en la anterior de Tarantino con la que también “mojó”, pero fuera justo o no su Oscar secundario, dejaba ya a “Lincoln” en el lugar de las buenas caras. No era fácil quitarle el Oscar a Daniel Day Lewis, porque, de haberlo sido, hoy no lo tendría. Jennifer Lawrence es lo mejor a mucha distancia de “El lado bueno de las cosas”, y no tenía en realidad una competencia grande, grande, porque Jessica Chastain está bien, pero su película es otra cosa, no ella. Lo de Anne Hathaway era el Oscar cantado de este año, sí. Y lo sorprendente, que fue el Oscar a la mejor dirección para Ang Lee, no tenía nada de sorprendente: no competía por ese Oscar Affleck, y se lo dieron a Lee para no dárselo a Spielberg, a saber por qué. Aparte, claro de que “La vida de Pi” es un peliculón y Ang Lee está bien oscarizado, en mi opinión.
Aunque hay una cierta corriente en el blog en contra de la película de Haneke, “Amour”, yo diré que me parece no sólo magnífica sino también justísima ganadora.
