Ya se han comentado aquà en alguna ocasión los grandes arranques de pelÃculas, y se han señalado, como es natural, algunas de Billy Wilder, experto en arranques (y en frenadas). No sé por qué, pero el caso es que desde hace dÃas no dejo de pensar en el comienzo magistral, increÃble y de un simbolismo brutal de ‘Cinco tumbas al Cairo’ (¿No deberÃa de ser ‘para’ El Cairo’), obra primeriza del director Wilder que tiene algún momento asombroso y una interpretación transversal de Erich Von Stroheim, Rommel, para sacarle punta fina. Pero la escena primera, la que me da vueltas, es una panorámica en pleno desierto en la que se ve un tanque que va sin rumbo fijo, de aquà para allá, y en el que todos sus ocupantes han muerto…, todos, menos uno, el soldado superviviente (Franchot Tone) que se adrentrará en terreno alemán… Pues, esa imagen del tanque sin cabeza, de semejante arma(toste) apuntando aquà y allá, dando bandazos, yendo y viniendo en el hartazón de desierto, me resulta estremecedora. Una situación en (ante) la que nadie querrÃa estar, y menos aún vivir. Me es familiar, tal vez.
Ella es Anne Baxter