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Blogs Una de piratas por Oti Marchante

Imbatible Haneke

Oti Marchante el

 

 

 

 

Aprovecharé estos momentos en los que estoy absolutamente anonadado tras salir, poco menos que arrastrándome, de la película de Haneke, “Amor”, para revitalizarme por dentro enlazando con la crónica de las penúltimas películas, la de Cristian Mungiu y John Hillcoat, que ahora las veo lejanas y menores:

CRÓNICA

Corto y cambio. “Amor”, esta película de Haneke que toma ese sentimiento tan humano, inexplicable y hermoso, no en su línea de salida, cuando está impregnado de colores vivos, sino en su tramo final; no cuando se rompe, sino cuando se acentúa y transforma por los efectos del mucho tiempo, la decadencia, la vejez y la falta de fuerza para sujetarlo, mantenerlo, vivirlo. Es una película maravillosa y terrible, que te afecta en pasado, en presente y en futuro, y de la que es imposible defenderse, y la ha hecho Haneke de tal modo, con tal precisión en la modulación de su música interior y exterior, con tanta lucidez y pudor, que uno no sabe de cierto si le han hecho una caricia o le han dado un bofetón. Jean Louis Trintignant y Emmanuelle Riva están literalmente sublimes y es imposible, IMPOSIBLE, que no ganen ambos los premios de interpretación.

La otra en competición es “La caza”, de Thomas Vinterberg, también muy estimable pero, claro, muchos peldaños más abajo que la de Haneke. Cuenta una historia tremenda sobre la cara de ese actor magnífico llamado Mads Mikkelsen,

 

 

y sobre uno de esos asuntos que te mandan al paro mental durante horas: la mentira de una niña le cambia la vida a un hombre íntegro en una comunidad pequeña cuando sugiere que le ha hecho “algo” propio de los adultos… Trata muy bien, aunque de un modo quizá algo previsible, ese charco embarrado de los abusos a menores y de la capa de irracionalidad que puede acompañar al grupo cómodamente instalado en los tópicos de comportamiento, como ése de que los borrachos y los niños dicen siempre la verdad. 

Entre esto y aquello, y que sobre Cannes hay un cielo del color de una ostra sucia y hace un frío estúpido, este domingo tiene de agradable lo mismo que una patada en el trasero.

UNA CRÓNICA ALGO MÁS LARGA SOBRE LO MISMO

Sí, maldito domingo, pero la película de Haneke es de las que se olvidan rápido: en cuanto te mueres.

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