Lo he escrito ya tantas veces, que lo puedo hasta escribir de atrás para adelante. Apichatpong Weerasethakul es la nueva Palma de Oro, por su película, digamos que inclasificable, “Oncle Boonmee, que recuerda sus vidas pasadas” (enlace con la crónica del ABC). Me alegro porque este tipo de cosas nos obliga a ahormar nuestra mirada y me alegro porque en cierto modo pone en el mapa a Luis Miñarro, un productor que tiene un mérito de congojes, porque cuando no está en un sembrao, está en un erial. Y si con ello, traen la película de Apichatpong antes, pues mejor que mejor, y si traen las anteriores, pues allá cada cual.
Lo de Javier Bardem estaba predicho, y en cierto modo, también lo de Elio Germano. A Juliette Binoche se lo dieron según salía de la proyección de la película de Kiarostami, pues era imbatible. Lo de Amalric es un poco el chistecito. Y bueno, lo de Mike Leigh sí que no tiene la menor gracia. Un olvido lo tiene cualquiera, pero eso no es aceptable.
Y saludos al respetable