Acabo de leer una frase de George Clooney que me ha dejado tieso: ‘Quiero hacer películas que cambien el mundo’. ¡Tela!… Tal vez vosotros no, pero yo ya he visto la última película que ha dirigido George Clooney, ‘Good night. Good luck’, y, francamente, el tío encima tiene razón: es una película asombrosa y con una fuerza capaz de, si no cambiarlo, sí al menos removerle sus cimientos al mundo, o mundillo. Trata sobre un periodista (Edward R. Murrow) que se enfrentó al senador McCarthy, y con esa historia que ocurrió realmente hace una película eléctrica, de ritmo seco y rápido, llena de un clima agotador y deprimente, pero veloz y lúcida como un etíope en el tramo final. En fin, un peliculón. O sea, que George Clooney, además de un guaperas, es un tío listo, cultivado, con un sentido del mundo y de sus valores, sin ese habitual ramalazo ególatra y ridículo que suelen tener las estrellas (también sale en su película, pero le deja el papel importante a David Strathairn, que mira a la cámara como un faquir su cama de pinchos)… y, según los que alguna vez lo han entrevistado, es tan simpático y divertido como cualquier coleguilla del barrio… ¿Hay derecho, joé?…