Eastwood ¿izado o a media asta?

No la estrenarán hasta dentro de un par de meses, pero hay mucha predisposición aquí y muchas ganas de hablar sobre la última película de Clint Eastwood, ‘Banderas de nuestros padres’. Todos sabéis ya que la película de Eastwood es una recreación épica de la conquista de ese islote llamado Iwo-Jima a partir de esa instantánea célebre de los soldados sujetando la bandera americana, pero que en realidad es, tanto o más que eso, una reflexión sobre la materia con la que se fabrican los héroes y el sedimento emponzoñado que deja la guerra en aquellos que la abrazan, o que son abrazados por ella. Y en esas dos trincheras combate el cine de Eastwood, en el de lo épico y en el de lo reflexivo, y en ambas lo hace brillantemente. La estructura que elige para narrar lo que quiere es, obviamente, clásica: personajes que recuerdan, ‘flash-back’, pasado y presente que se alternan e influyen, profundidad y sobriedad en el discurso, empaque ético y una plena y justificada confianza en el efecto (y las causas) de cada una de las secuencias… El plano general de las escenas bélicas es insólito, mareante; el plano corto, dramático y feroz (aunque, para los amantes de la comparación, no es tan eficaz su retrato bélico en el plano corto como el de aquel desembarco insuperable de Spielberg en ‘Salvad al soldado Ryan’), y el aglutinante emocional entre los dos tiempos, trabados por el hilo de la voz en ‘off’ y el recuerdo, es impactante en términos generales: más en unos personajes, como el del indio, menos en otros. Y esta última frase delata mi postura vacilante ante esta película, indudablemente magnífica, pero que alcanza lo sublime en sólo unos picos o escenas muy concretas.

Es la película de un gran cineasta, sí, de un sabio observador sobre los males del mundo y sobre la peor manera de solucionarlos, es la película de Clint Eastwood, un tipo que sólo baja los ojos al suelo para cerciorarse de que ha pisado toda la mierda. Me hubiera gustado decir que es la mejor de cuantas ha hecho; pero no lo diré.