Oti Marchante el 01 oct, 2013 Álex de la Iglesia ya ha ocupado la taquilla, y creo que su película, “Las brujas de Zugarramurdi”, fue la más visitada de este fin de semana pasado. Me parece natural, pues es una película hecha para los espectadores, para que disfruten y se diviertan con la sinmedida de este director. Da igual lo que digamos de la película unos y otros, aquellos que vayan a verla (incluso los que luego la critiquen) no pararán de reírse. Hay muchas películas que se hacen exclusivamente para los espectadores y que, sin embargo, no consiguen engancharlos; quiero decir que con querer no es suficiente, hay que saber. Tengo la impresión de que ocurrirá algo parecido cuando se estrene la película de David Trueba, “Vivir es fácil con los ojos cerrados”, que conectará con el público que vaya a verla. Del mismo modo, tengo la impresión justamente contraria de las otras dos películas que sí han tenido premio en el Festival de San Sebastián, me refiero a “Caníbal” y muy especialmente a “La herida”. Y con ello no quiero decir más que lo que digo: que el público entra al cine por otra puerta que los analistas y jurados de los festivales. ¿Y qué tiene que hacer un director de cine ante esto?…, pues supongo que afilar al máximo su idea del cine y sus propias armas para ponerlo en la pantalla. Uno no se imagina a Jaime Rosales haciendo “Zipi y Zape”, por poner un ejemplo extremo. Bien, de acuerdo, pero hay algo de absurdo en querer imponerle a los demás algo que no quieren, que les resulta feo, o latoso, o aburrido, o pretencioso y banal, y que encima han de tomarse la molestia de ir, pagar y sufrirlo. El cine puede ser cualquier cosa, esto, lo otro o lo de más allá, pero, sinceramente, si alguien cercano me pregunta qué película ir a ver, si “Las brujas…” o “La herida”, pues no tendré la menor duda. Otros temas Comentarios Oti Marchante el 01 oct, 2013