Eso de que la Policía nunca está cuando hace falta ocurre en todos los países. Hasta en la eficiente y ordenada Corea del Sur, donde miles de antidisturbios han conseguido aplacar, y no por la fuerza, la marcha de protesta contra el G-20. El problema es que estaban tan ocupados que se olvidaron de vigilar sus propios vehículos, que fueron pasto de las pintadas de los “antiglobalización”.
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