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Blogs Tras un biombo chino por Pablo M. Díez

El auténtico “señor de la guerra”

Pablo M. Díez el

Le llaman El mercader de la muerte y El quebranta-embargos, pero el alias que mejor le define es el título de la reveladora y durísima película El señor de la guerra, escrita y dirigida por Andrew Niccol y protagonizada por Nicolas Cage. No en vano, Yuri Orlov, el protagonista de dicha cinta, se basa, al menos en parte, en él: Viktor Anatolyevich Bout, uno de los mayores traficantes de armas del mundo.
Pero la suerte se le ha acabado a este siniestro hombre de negocios ruso en Bangkok, donde ha sido detenido por la Policía tailandesa debido a la orden de captura que pesaba sobre él por, supuestamente, haber suministrado armas al grupo guerrillero de las FARC colombianas. Para atraparlo, el Departamento Antidroga de Estados Unidos, la DEA, ha montado una operación que ha durado varios meses en la que varios de sus agentes se han infiltrado en la organización de Bout y se han hecho pasar por emisarios de las FARC para tenderle una trampa.

Aunque Bout siempre lo ha negado, la ONU y distintas organizaciones como Amnistía Internacional sospechan que este antiguo mayor del Ejército Rojo ha sido el principal proveedor de armas de todos los conflictos que se han sucedido en el mundo tras el fin de la Guerra Fría.
Nacido el 13 de enero de 1967 en una república de la extinta Unión Soviética Tayikistán, Turkmenistán o Ucrania, según biografías , Bout no ha hecho distinciones entre sus clientes y ha vendido por igual tanto a los gobiernos como a los rebeldes de las guerras que han desangrado África durante los últimos años. Desde la Libera de Charles Taylor hasta Ruanda, Sierra Leona, Uganda, Sudán o el Congo.

Para ello, contaba con sus propias compañías de transporte aéreo, que iba fundando y trasladando de país en país, desde Bélgica hasta Estados Unidos pasando por los Emiratos Árabes o Guinea Ecuatorial, cada vez que la justicia le pisaba los talones.
Y es que El mercader de la muerte, que habla seis idiomas y tiene otros tantos pasaportes y nombres, es un experimentado militar que, cuando se derrumbó la URSS a principios de los 90, se encontró con que no tenía trabajo, pero sí un enorme arsenal a su disposición y numerosos contactos dispuestos a comprarle los cientos de miles de kalashnikov que se oxidaban en los depósitos soviéticos.

Entre 1992 y 1995 vendió armas por valor de 50 millones de dólares a sus antiguos enemigos afganos; entre julio de 1997 y septiembre de 1998 introdujo de contrabando en África 14 millones de rifles de asalto, granadas, misiles y lanzacohetes procedentes de Bulgaria; y en 2000 ya suministraba helicópteros, cañones antiaéreos y vehículos armados a cambio de grandes partidas de diamantes.
Pero Bout, que se había especializado en abastecer de armamento a los regímenes africanos bloqueados por embargos de la ONU, cayó en el punto de mira de Estados Unidos tras el 11-S, ya que entre sus clientes se encontraban los talibanes de Afganistán.
Seis años después, el verdadero señor de la guerra ha caído por fin, pero muchos seguirán todavía muriendo por sus balas.

Fotos de Viktor Bout detenido, de Nicolas Cage en la película “El señor de la guerra” y de los niños soldados del Congo: AP, Lions Gate Films y Reuters

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