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Blogs Tras un biombo chino por Pablo M. Díez

Vivir en un retrete en Corea del Sur

Pablo M. Díez el

En la tecnológica e hiperdesarrollada Corea del Sur, donde los sanitarios despiden chorros de agua y hasta secan las posaderas con aire caliente y polvos de talco sin necesidad de levantarse de la taza, los cuartos de baño suelen estar tan limpios y cómodos que incluso se podría vivir en ellos. Eso es, precisamente, lo que ha hecho Sim Jae-duck, un diputado de la Asamblea Nacional que se ha gastado un millón de euros en construirse una casa con forma de váter.

Popularmente conocido como el Señor Retrete, Sim Jae-duck no sólo se enorgullece de que su madre le trajo al mundo en un cuarto de baño hace 74 años, sino que se ha hecho famoso en Corea del Sur por sus constantes campañas para dignificar y embellecer los servicios. De hecho, su obsesión por los sanitarios se encuentra detrás de la mejora de los baños públicos con motivo de los Juegos Olímpicos de Seúl en 1988 y del Mundial celebrado en 2002 de forma conjunta con Japón, otro país asiático donde hacer las necesidades se ha convertido en toda una experiencia high-tech.
Entre 1995 y 2002, Sim Jae-duck fue además alcalde de Suwon, una ciudad situada a 40 kilómetros de Seúl donde lanzó sus habituales cruzadas por unos retretes sanos y bonitos, llenando los aseos públicos de cuadros, flores y todo tipo de artilugios para hacer más placentera la defecación.
Precisamente, es en este mismo lugar donde el Señor Retrete ha levantado su nueva casa, que ocupa 410 metros cuadrados distribuidos en dos plantas y tiene forma de taza de váter gracias a su fachada de cristal y cemento blanco. La vivienda, que se llama Haewoojae o santuario donde se resuelven las preocupaciones en coreano, se erige sobre los terrenos donde se ubicaba la antigua morada de Sim Jae-duck, quien no dudó en derribarla tras residir en ella durante más de 30 años y ya aspira a inscribir su nuevo domicilio en algún capítulo del Libro Guinness de los Récords.
Pero no es sólo notoriedad lo que busca el Señor Retrete, un vehemente activista de los cuartos de baño que pretende concienciar sobre el importante papel que juegan los sanitarios en nuestra vida cotidiana. Quiero que esta casa sirva para cambiar los conceptos incómodos y equivocados sobre los aseos, se ha propuesto Sim Jae-duck, quien ve los váteres no sólo como un sitio para defecar, sino también como un lugar cultural donde la gente puede descansar, meditar y ser feliz.
Además, el Señor Retrete ha aprovechado la ocasión para denunciar las carencias sanitarias que sufre buena parte del planeta, donde, según la ONU, 2.600 millones de personas no disponen de baño. Con dicho objetivo, ha lanzado la campaña Un retrete para la Humanidad, que recolecta un dólar (algo menos de un euro) por cada visita que recibe su casa. Bastante más, unos 50.000 dólares (33.878 euros), es lo que pide por pasar una noche en ella con el fin de recaudar fondos para esta noble, y nada maloliente, iniciativa.
De momento, Sim Jae-duck ya ha recibido tres solicitudes de dos extranjeros y un coreano. Se trata de un político, un empresario y de alguien a quien le sobra el dinero, ha anunciado orgulloso el Señor Retrete, cuyo sueño es que todo el mundo pueda disfrutar de aseos salubres, culturales y ecológicos.
Como no podía ser de otra manera, los váteres ocupan un lugar primordial no sólo en el diseño de la estructura, sino también dentro de la vivienda. Con cuatro aseos en total dotados con los más avanzados inventos y con grandes bañeras y duchas, el espacio central lo ocupa un lujoso cuarto de baño instalado dentro de una pecera transparente y perfectamente visible desde el salón. Pero, tan pronto como sus sensores detectan que alguien ha entrado en el servicio, empieza a sonar música clásica y sus cristales se oscurecen para proporcionarle al usuario toda la intimidad que necesite.
El arquitecto de la casa-váter, Ko Kwoong, también ha tenido en cuenta que la mitad del agua que se consume en el mundo se va por el desagüe de los inodoros, por lo que ha instalado en el techo un depósito de 3,5 toneladas para recoger agua de lluvia y luego reutilizarla en la vivienda. Además de contar con paneles solares para reducir el consumo de energía, hay una depuradora que recicla y conserva el agua y llega a ahorrar hasta un 70 por ciento, explica Sim Jae-duck, quien tampoco ha olvidado decorar sus cuartos de baño con cuadros para hacer más agradables los ratos que pase en ellos.
Con su nuevo hogar, el Señor Retrete quiere liderar la Revolución de los Sanitarios que se vio en la Asamblea Mundial de Baños, que tuvo lugar en Seúl en noviembre del año pasado. Con representantes procedentes de 60 países, en dicho encuentro se han presentado váteres como el de Hansel y Gretel, especialmente ideado para los niños porque junto al botón del ambientador hay otro que regala caramelos y golosinas como premio a una buena caquita.
Para aquéllos a los que les gusta disfrutar de una novela mientras dan de vientre, también hay cómodos váteres especialmente acolchados y otros que incluso ofrecen distintas bebidas, como un amplio surtido de tés y cafés. Todo con tal de que ir al baño no sea una experiencia sucia, aburrida ni, mucho menos, dolorosa u olorosa. Siempre y cuando, claro está, uno no tenga ningún problema intestinal.
Al menos, eso es lo que piensa Sim Jae-duck, quien ha colocado un cartel en la puerta de su vivienda dando la bienvenida a la casa del Señor Retrete.

Foto de la casa-váter: AFP

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