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Blogs Tras un biombo chino por Pablo M. Díez

El “hot pot” de la discordia futbolística

Pablo M. Díez el

Ni discrepancias con las alineaciones ni con el sistema de juego. En China, donde la comida es una obsesiva cuestión de orgullo nacional, lo que puede decidir el futuro de un entrenador de fútbol es su estómago. O, más bien, el de sus jugadoras, porque eso es lo que le ocurre a la entrenadora de la selección nacional femenina, la francesa Elisabeth Loisel, quien precisamente se encuentra en la cuerda floja por oponerse a que sus chicas acudieran a un banquete oficial.

Fichada el pasado mes de octubre con la misión de llevar a China, como mínimo, a las semifinales de fútbol de los Juegos Olímpicos de Pekín, Loisel, que previamente había dirigido a Francia, empezó pronto a chocar con los responsables de la Federación por su fuerte temperamento y sus frecuentes retrasos en los entrenamientos.
Pero lo que colmó la paciencia oriental de las autoridades chinas fue su negativa a que las jugadoras asistieran a una cena de gala donde se iba a servir hot pot, un plato tradicional procedente de Mongolia que consiste en especie de fondue de agua hirviendo donde se cuecen al instante todo tipo de carnes, pescados y verduras.
A pesar de su delicioso sabor, Loisel prohibió ir a la cena a las Rosas de Acero, como se conoce en China a la selección nacional femenina, por cuestiones dietéticas al considerar que dicha comida tan pesada no era apropiada para su régimen. Una decisión que supuso una auténtica bofetada para la hospitalidad de los responsables de la Federación, que contravinieron la orden de la entrenadora y la cuestionaron públicamente en los medios de comunicación.

La salud del equipo no está en manos de la seleccionadora, que no tiene derecho a interferir, avisó el director del equipo, Zhang Jianqiang, mientras periódicos deportivos como el semanario Titán aseguraban que Loisel está en el filo de la navaja y que su única opción de seguir al frente del combinado femenino es ganar la Copa de Asia Oriental.
Este torneo, en el que han participado las selecciones de China, Japón y las dos Coreas, se ha celebrado durante esta última semana en la ciudad china de Chongqing, enclavada al sur del gigante asiático en la ribera del río Yangtsé.

A pesar del buen papel de China, que ganó a Corea del Sur por 3-2 y empató a cero con la potente selección norcoreana con una jugadora menos, el crédito de Loisel se agotó ayer después de que Japón se alzara finalmente con el trofeo tras derrotar por 3-0 a su equipo.
Antes de que comenzara el campeonato, el vicepresidente de la Federación China de Fútbol, Xie Yalong, se reunió con Elisabeth Loisel para zanjar el incidente del hot pot y darle todo su apoyo, pero todos los medios coinciden en que la entrenadora gala será despedida por este nuevo fracaso del fútbol chino.
No en vano, su antecesora en el cargo, la sueca Marika Domanski-Lyfors, fue cesada tras la pobre actuación de China en la Copa del Mundo femenina. Ahora, Loisel ha seguido su mismo camino y, encima, no ha podido vengarse del incidente del hot pot amargo.

Fotos de Elisabeth Loisel y de la victoria de la selección nacional femenina de fútbol de Japón: AFP

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