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Blogs Tras un biombo chino por Pablo M. Díez

Kim Jong-un no puede con «Gangnam Style»

Pablo M. Díez el

Mientras el joven dictador de Corea del Norte, Kim Jong-un, amenaza a la comunidad internacional con sus armas nucleares y sus misiles, otros muchachos de su misma etnia y edad, pero nacidos al Sur del Paralelo 38, bailan sin miedo hasta el amanecer en los bares de Itaewon y en los clubes de moda más punteros de Seúl, como Ellui. Aunque sólo 200 kilómetros separan la capital surcoreana de Pyongyang, se trata de dos mundos totalmente distintos cuyos mejores representantes son, en un lado, Kim Jong-un, y en el otro, el rapero Psy, famoso en todo el planeta por haber popularizado el “baile del caballo” con su canción “Gangnam Style”.

Sin miedo a las amenazas de Kim Jong-un, 45.000 personas asistieron al concierto que Psy ofreció el sábado en Seúl. REUTERS

 

Desafiando la escalada militar del Norte, el simpático artista presentó el sábado su nuevo “single”, titulado “Gentleman”, en un concierto que congregó a 45.000 espectadores en el Estadio de la Copa del Mundo de Fútbol de Seúl. Tras destronar en la cima del “K-pop” (pop coreano) al astro Rain, quien precisamente se encuentra sirviendo los dos años de “mili” obligatoria en este país, Psy se ha propuesto repetir el éxito global de “Gangnam Style”, el vídeo más visto en la historia de Youtube. Para ello, ha recurrido de nuevo a una letra llena de ironía con estribillo pegadizo (“I am a gentleman”) y a un machacón ritmo “techno”, así como a sus horteras chaquetas de colores.

Nada que ver con los tradicionales trajes negros abotonados hasta el cuello que luce el tirano del Norte, cuyo único adorno es el pin con la efigie de su padre, el “Querido Líder” Kim Jong-il, y su abuelo y fundador de Corea del Norte, Kim Il-sung, del que se conmemora el 101 aniversario de su nacimiento. Mientras el régimen estalinista de Pyongyang celebra una de las efemérides más importantes de su calendario con multitudinarias manifestaciones y desfiles militares al paso de la oca, la vida sigue su ritmo habitual en Seúl, una megalópolis de diez millones de habitantes plagada de modernos rascacielos, abarrotados mercadillos callejeros y restaurantes con letreros de neón. En realidad, la escalada de la tensión bélica protagonizada por Kim Jong-un ha despertado más miedo en el extranjero que en la propia Corea del Sur, cuyos habitantes están ya más que acostumbrados a sus amenazas y bravuconadas.

Los turistas se fotografían en el puesto fronterizo de Panmunjom, en pleno Paralelo 38, con Corea del Norte a sus espaldas.

De hecho, el concierto de Psy no es el único programado para estas fechas en Seúl, donde el pianista Richard Clayderman tocó la semana pasada y Kraftwerk traerá sus melodías robóticas de vanguardia la próxima. Hasta Julio Iglesias acaba de cantar en la capital surcoreana ante 12.000 entusiastas seguidores dentro de la gira mundial que este mes le llevará por otras ciudades de Asia, como Shanghái, Pekín, Singapur y Taipei.

Una clara muestra de que, con o sin el lanzamiento de sus misiles, Kim Jong-un ha fracasado a la hora de amedrentar a Corea del Sur en su desesperado intento por consolidar su poder y chantajear a la comunidad internacional en busca de petróleo y ayuda humanitaria para su sufrido pueblo. A pesar de la tensión creciente, más de un millón de turistas visitaron Corea del Sur en marzo por primera vez en su historia, lo que supone un récord muy meritorio para estos supuestos tiempos de guerra.

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