Se han acomodado en el éxito de la temporada pasada, cuando marcaron más goles que nunca a rebufo del “Papa” Cristiano, que mejoró todos los récords históricos del vaticano legendario del Real Madrid y les abrió huecos por doquier. Se llaman Higuaín y Benzema. Benzema e Higuaín. Tanto monta, monta tanto, porque ahora montan poco y no pintan nada. Uno de los aspectos clave del bajo rendimiento del equipo en esta Liga es que Karim y Gonzalo sí saben (lo que sucede) pero no contestan. Porque Ronaldo funciona como siempre. Pero los dos nueves están bajo cero. Y si CR7 es bien vigilado y no acierta por un día, el equipo se desinfla. No hay un nueve redentor. Ambos se encuentran lejos de la forma física que les hizo partícipes de la plusmarca de 121 goles del conjunto blanco en la Liga. El argentino, lento, demuestra su situación con desesperación. Lamenta en el campo cada balón que no remata bien. Su expulsión frente al Sevilla fue la prueba de su impotencia. El francés siempre tuvo sangre de horchata de chufa de verdad, pero ahora añade una menor velocidad de movimientos. Vuelve a estar dormido, palabrita que le espetó Mourinho cuando llegó al club en 2010.
Pues que no se duerman mucho más los dos, porque pueden tener sus días contados en la casa. El Madrid ha perdido la Liga y tiene que hacer dos gestas para continuar en la Copa y en la Champions. Si al final no hay trofeo, los dos nueves peligran. Si este año no hay más título que la Supercopa, uno o los dos serán empaquetados con lazo rojo al mejor postor. No está el Madrid para mantener jugadores de “stand by”. Hace un año, el Madrid de Florentino superó al Barcelona y ahora ha vuelto a perder ese tren. Entre otras cuestiones, porque Higuaín, Benzema y Marcelo no están y sí se les espera. O se les esperaba. Mourinho ya no cuenta con ellos como la gran solución. le han desencantado. El portugués tiene las ideas claras: quien no alcance el nivel ya sabe donde está la puerta. Los nueves no pueden sestear, y menos en un club de la exigencia del Madrid. O cazan goles o les cazan y van a la cazuela de los transferibles.
A Benzema se le han dado tres años de margen. Dio el nivel en la temporada anterior. Gonzalo lleva siete campañas y no ha parado de solicitar renovaciones en los dos últimos cursos, cuando mejor ha rendido. Ahora, con la sequía por bandera en el currículo de los dos, será mejor que no hablen de contratos. Mourinho se muestra cariacontecido con ellos. Enfadado. El Madrid no tiene nueve. Ha tenido que recurrir al chaval. Y Morata les ha dado lecciones a los dos consagrados. Primero, con su gol decisivo ante el Levante. Segundo, con su importante acierto en el comienzo del partido frente al Rayo. Abrió el camino de una victoria que después, con la expulsión de Ramos, valoró en su justa medida el remate del canterano.
El entrenador ha planificado un trabajo de puesta a punto para karim y Gonzalo en esta semana previa a los Ocho días de Oro del Real Madrid. Prueba evidente de la crisis física de los dos delanteros. Si el luso observa que no progresan con este plan “revive”, Karim y Gonzalo volverán a quedarse fuera del once el sábado, en Riazor, con Morata como titular. Y tampoco jugarán en el Camp Nou. Porque en Barcelona, si todo sigue así, Cristiano será el estilete. Significaría otro duro golpe para los dos puntas despuntados.
La puntilla les puede llegar en Old Trafford, con CR7 de nueve y ambos dos en la reserva. O quien sabe si en la tribuna. O despiertan o les duermen para mucho tiempo. Segundo aviso. El tercero les enviará a los toriles.
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