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Blogs Tiro al blanco por Tomás González-Martín

Sergio Ramos: elige, el Real Madrid o el dinero

Tomás González-Martín el

Afirma Sergio Ramos que el problema de su renovación estancada no es el dinero, sino la falta de valoración de su rendimiento en su justa medida. En diciembre dejó esta cita de Benjamin Franklin para apoyar su afirmación: “De aquel que opina que el dinero puede hacerlo todo, cabe sospechar que será capaz de hacer cualquier cosa por dinero”. Pues Sergio:deberías aplicar este lema en la negociación. Porque la única forma de valorar tu rendimiento es el dinero. No hay otra manera de hacerlo. Son fintas literarias para llegar a un mismo puerto: todo es cuestión de millones.

Es lícito que el central pida diez millones por temporada, que al club le supondría 20,2 millones de euros en cada campaña. Es legal que el contrato por cinco años que el Real Madrid te ofreció hace once meses se convertiría en 50 millones para ti y en un gasto de 100,5 millones para el Real Madrid. Pero el club también tiene derecho a pensar que no puede pagarte esa ficha y ese coste. El Real Madrid también es lícito al opinar que los magníficos defensas como tu no tienen la misma valoración que un delantero o un centrocampista constructivo de alto nivel. Porque un defensa es un destructor, no un creador. Por eso, la casa blanca es también legal y no te menosprecia al ofrecerte un convenio largo, hasta 2020, cuando cumplirás 34 años, con una ficha neta de seis millones. Es tu hermano, René Ramos, quien salió del Bernabéu diciendo que esa propuesta era un menosprecio. No se puede decir eso. Puedes afrimar que tu te mereces diez millones. Pues muy bien, el 1 de julio de 2017 quedarás libre y ficharás por quien te los ofrezca, cuando tengas 31 años. Hasta entonces, la cláusula es 150 millones. Las cosas claras y el dinero, contante y sonante.

Sergio, los prontos temperamentales no casan con el fútbol de despacho. René es un buen apoderado para muchas cosas, pero en esta negociación no ayuda, salvo que tu pienses estrictamente lo mismo en el fondo y en las formas. ¿En las formas también esás de acuerdo con tu hermano? Este encono en la negociación tiene un problema de relaciones personales. Los acuerdos son un tira y afloja, no es una cuestión de explotar en el dálogo. Ya lo vimos con el padre de Ozil, Mustafá. Y mira donde están el padre y Mesut. Olvidado papá y arrepepentido el hijo por haber abandonado el Real Madrid y no haber ganado la Champions, el Mundial de Clubes, la Copa del Rey y la Supercopa de Europa. Hay una reflexión a analizar: con las primas por esos éxitos, Ozil habría conseguido el mismo dinero que le paga el Arsenal por no levantar más que una copa de vino blanco los lunes. Piensalo, Sergio.

René Ramos es un hombres capaz, profesional para muchos ámbitos, pero su manera de filtrar presuntas ofertas medio minuto después de afirmar que la renovación se encuentra estancada es una táctica muy vieja, conocida por todos. No es el sistema idóneo para negociar con un club grande, que busca la discreción. Ahí dentro, en el despacho de José Ángel Sánchez, puedes decir todo lo que tu quieras: exigir diez millones, criticar que no eres valorado, asegurar que has ganado la Champions con tus golazos al Bayern y al Atlético. Intentar convencer que mereces más emolumentos. Pero después no salgas a la calle y digas al instante a todo el mundo, tú o tu hermano, que os desprecian.

El silencio es el camino para obtener más cosas. Recuerda como renovaron Xabi Alonso y Arbeloa. Y como lo está haciendo Pepe. Y si afirmas, Sergio, que lo que diga René es lo que tu dices y está bien dicho, entonces no hay más que decir una cosa: debes elegir entre el Real Madrid o el dinero. David Luiz  ha elegido el dinero. Y Ozil. Y Thiago Silva. Ninguno llega a semifinales de la Champions cinco años consecutivos como lo hace el Real Madrid.

De buenas maneras, sin filtraciones, con una buena negociación, respetando los ámbitos de ambos intereses, es posible que el Real Madrid te ofrezca una ficha de siete millones netos durante cuatro años, hasta 2019, cuando tendrás 33 años. Y luego, el fútbol dirá. Eres un estandarte del club y deberías retirarte en esa casa. Se debe llegar a un acuerdo. Y no airear que el Manchester United, el City y el PSG te quieren cuando la negociación se encuentra paralizada e interesa mover el árbol para que caigan nueces. Y si la hipótesis de siete millones anuales tampoco fuera una propuesta aceptable en tu consideración, el futuro está trazado: carta de libertad el 1 de julio de 2017. Quedan dos años. Mucho por dirimir, en el césped y en los despachos. Tranquilidad.

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