Florentino Pérez posee muchos enemigos que trascienden al fútbol. El fichaje de Bale ha sido una carga constante contra el presidente. Su coste, 91 millones, sus lesiones, sus recaídas y la adquisición de un futbolista que solicitaba un puesto que ya cubría Di María supuso un ataque constante contra el mandatario madridista. Muchos no ven o no quieren observar que el fútbol de ahora, lleno de marketing y de trenes que solo pasan una vez, no es el balompie de antaño, cuándo un jugador podía esperar dos o tres años a firmar por el Real Madrid. Hoy no es así. Florentino se hizo con la ficha de Bale porque era una decisión: ahora o nunca. El galés tenía veinticuatro años, llevaba dos sin disputar la Champions y vino al Real Madrid para disputarla. Lo mismo hizo Modric hace dos temporadas. No podían esperar. Los dos protagonizaron sendas afrentas al Tottenham, que no deseaba traspasarles, que acabaron en sus negativas a realizar la pretemporada en un pulso duro que acabaron ganando los futbolistas, pero a costa de no realizar ese trabajo inicial de precampaña y de llegar al Madrid sin forma física.
Esos jugadores lo arriesgaron todo porque el Madrid iba a jugársela a todo o nada. La casa blanca pagó 40 millones por Modric. Abonó 91 por Bale. Y desde la llegada de ambos hubo ataques contra Florentino, culpable de traerse a dos profesionales sin forma física y repletos de incógnitas respecto a su rendimiento en el Madrid. Hoy, todos esos críticos se callan.
Los que acosaron al dirigente por el fichaje de Luka se esconden sin reconocer que dijeron que era un error. Hoy es el futbolista decisivo del Madrid. Los que han atacado a Florentino hasta hace veinte horas por la adquisición de Bale aceptan actualmente que es un buen jugador, pero se agarran a sus recaídas para mantener la máxima del fallo de su contratación. El galés suma catorce goles en veinticinco partidos y luce en Europa. Sus críticos, los de “Floper”, ya no saben cómo justificarse. Hay que ser muy poco inteligente para que un club pague 91 millones y no creer que el jugador vale. En Inglaterra ofrecían 85 por él. Hubo que subir la oferta. Lo demás son ganas de taparse los ojos.
Los que acosan a Bale son los mismos que dudaron de Benzema durante años. El francés acumula 20 goles esta temporada y Cristiano afirma que es el hombre que mejor le entiende sus desmarques. Quien le da los grandes pases. Ya nadie duda de Karim.
Todos, Modric, Bale, Benzema, son fichajes del presidente, que ha tenido que escuchar durante meses (Bale) y años (Benzema) que el británico y el francés juegan porque el mandatario lo exige. ¿Cuándo estaba Mourinho, Benzema era titular fijo? ¿No se tiró toda una campaña como suplente de Higuaín? ¿No compartieron puesto durante otros dos años? Ahora dicen lo mismo de Bale, dejando a Ancelotti como un muñeco de trapo. Pero Gareth tampoco jugó ante el Atlético en la Copa (3-0) y le cambiaron en el descanso frente al Granada (2-0), todo ello en beneficio de Jesé, que estaba en mejor forma. ¿Es ese el favoritismo? Todo lo que se ha dicho contra Florentino Pérez va también dirigido contra la capacidad de Ancelotti, al que se daba por convidado de piedra en unas decisiones que supuestamente tomada el dirigente. Hoy se elogia a Carlo, a Bale, a Modric, a Benzema y nadie acepta que el errado era el acusador. La inquina contra Florentino produce estos espasmos. En abril y mayo veremos si estos futbolistas conquistan o no títulos, pero no se les puede cuestionar su nivel.
En esas ganas de atacar al dirigente, se han hecho campañas en favor de Jesé como titular fijo para sentar primero a Benzema y luego, cuando no pudieron con Karim, quisierion quitar a Gareth. No se dan cuenta: Florentino Pérez ha sido el gran valedor del canterano. Quien dijo, de acuerdo con los técnicos, que debía ascender el verano pasado al primer equipo. El presidente adujo que era un genio.
Él mismo se levantó en el campo Alfredo Di Stéfano, hace nueve meses, para aplaudir un gol genial del canario. Eso solo lo ha hecho con Karim en Lyon y con Jesé en Valdebebas. La única verdad de esta situación, interesada por algunos, es que el Real Madrid da juego a Benzema junto a Bale y concede a Jesé partidos y minutos paulatinamente. Una inmersión que ya le ha hecho acreedor a ir con España al Mundial, gracias a su clase. La diferencia entre los críticos de Florentino y el Real Madrid es que los que le atacan quieren acabar con un fichaje suyo para dar sitio a un producto de la Fábrica, mientras que el club concede su categoría a Bale, a Benzema y hace crecer al futuro líder del Madrid.
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