No puede ser. Ramos no puede marcharse del Real Madrid. Es una leyenda viva que ha sido decisivo en la etapa gloriosa del siglo XXI, culpable de las victorias en las Champions de 2014 y 2016. Determinante en las dos Ligas de Zidane. Letal en el Mundial de Clubes de Marruecos en 2014. Y el látigo del Bayern, al que remató con dos cabezazos de oro que eliminaron a los alemanes en las semifinales de hace siete años, preludio de la final de Lisboa. Aquellos cuatro goles en Múnich son el mayor golpe recibido por los bávaros en su campo en la historia de la Copa de Europa. Y Ramos fue el culpable. El terror. Presidente, Florentino Pérez, acaben con sus antagonismos y firmen la renovación.
Por favor, lleguen a una entente. Hoy están desentendidos. Incomprendidos se sienten todos. El desencuentro es tan grande como táctico. El club hizo la propuesta final de Ramos, dos años y un 10 por ciento menos del sueldo, de 12 millones a 10,8 millones anuales netos, y el jugador rechazó esa opción y pidió su salario íntegro. El club entiende que se irá, porque no ha contestado. Marzo será la fecha límite. Por favor, no lleguen a los límites.
El futbolista adujo en una charla con Florentino Pérez que poseía una propuesta del PSG. En el Real Madrid, que dialoga habitualmente con el club parisino, no les consta.
El futbolista, sin embargo, cree que es el club madrileño el que no le desea renovar. Porque no ha vuelto a llamarle. Y pide una oferta formal por escrito que el Real Madrid piensa que ya le ha hecho varias veces en esas conversaciones. El desencuentro y la incomprensión es total. Hoy, Ramos está más fuera que dentro. Hoy, insistimos.
Se habla de un desgaste que ya no es solo entre Florentino Pérez y los hermanos Ramos, sino con José Ángel Sánchez, director general de la entidad, que ha soportado todas estas largas negociaciones con la familia Ramos en 2014, 2015 y ahora.
Cada renovación de Ramos supone un largo año de tensiones que al final afecta al vestuario. Sucedió hace seis temporadas, cuando el capitán acordó su nuevo contrato en China y acabó con una temporada en la que no se ganó nada, preludio de la campaña que supuso la Champions ganada en Milán y el comienzo de un trienio histórico. Y sucede ahora. El compás de espera ante el futuro del capitán agota al madridismo, hastiado de meses de tensiones que hoy persisten y que la cocina, blanca, siente. El Real Madrid, que no podrá contar con Ramos el sábado, lesionado, quiere acabar con esta situación de calma tensa.
El desencuentro es tan grande como táctico. El club analiza que Ramos se va, porque tiene ofertas. El futbolista cree que el club no le desea renovar. Florentino Pérez y Sergio Ramos hablaron en un reciente viaje y la postura, ahora, es definitiva. Las posiciones están claras y ya no hay espacio para una contraoferta. El club ofrece al central dos años más, hasta 2023, y una ficha reducida en un 10 por ciento. No se moverá de ahí. El futbolista, hasta el momento, desea percibir el mismo dinero que cobra actualmente, doce millones netos.
Las cartas están boca arriba. El Real Madrid espera que el futbolista acceda a la propuesta y, si no lo hace, le dará las gracias por tantos grandes servicios prestados y asumirá que el sevillano se marchará a otro sitio donde le pagarán más dinero. La crisis de la pandemia es muy grave y la falta de dinero exige esa firmeza. No hay hueco para el romanticismo cuando las cuentas no salen y hay que hacer malabarismos para cuadrarlas. Quedan cinco meses para conocer el veredicto.
La casa blanca ha expuesto a sus profesionales que necesitará traspasar a dos jugadores el próximo verano para eliminar los números rojos, porque estará todo un curso con el cierre del estadio y de todas sus fuentes de ingresos.
El Real Madrid expresa el dato de la dureza de la crisis, con la necesidad de traspasar, para que la plantilla asimile la gravedad de la situación. Será un año y medio sin más dinero que el que recibe de las transmisiones televisivas. Por ello, necesita que el capitán, jefe omnipotente de la plantilla, se baje el salario para renovar, pues esa es la propuesta que negocia con toda la plantilla y que ya ha aceptado Modric para firmar por una campaña más. Es la misma oferta económica que ha hecho a Lucas, cuyo acuerdo se extendería por tres campañas. El gallego, como el capitán, la ha rechazado.
En esta difícil tesitura económica, Odegaard y Jovic firmaron la reducción de su sueldo en un 10 por ciento antes de ser cedidos al Arsenal y al Eintracht. Era una condición previa. Modric también la rubricará.
Ramos ha explicado al Real Madrid que posee ofertas pero que aún no las ha escuchado, porque desea continuar. Tiene tiempo para ello. Pero pondrá un plazo. La tensión pervivirá en Valdebebas mientras no se solvente su futuro. Todos querrían llegar a la Champions con el asunto cerrado. No es fácil.
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