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Visita de Morenés a Marruecos: Malí en la agenda

Esteban Villarejo el

 

El ministro de Defensa, Pedro Morenés, refrendará el jueves «el momento dulce» por el que atreviesan las relaciones entre España y Marruecos con una visita al vecino del sur o de al lado -si se mira desde Ceuta y Melilla- que le llevará a entrevistarse con el presidente del Gobierno marroquí, Abdelilah Benkirán, y con su homólogo en Defensa, Abdellatif Loudiy (en la imagen, en primer plano, en una visita a España a finales de septiembre).

Sin duda, el Sahel y una posible intervención militar de la UE en Malí estará sobre la mesa. Marruecos y Argelia en este asunto son países clave.

Así, a parte de los asuntos bilaterales típicos en materia de Defensa entre ambas administraciones, Morenés conocerá de primera mano el parecer del Gobierno marroquí ante esa eventual intervención que el enviado especial de la ONU para el Sahel, Romano Prodi, fecho en «no antes de septiembre de 2013».

Morenés tratará también de hacer de «puente» entre Argelia y Marruecos, países «enemigos» de cuya aquiescencia depende el futuro éxito de la misión en el Sahel. Argelia es reticente a la presencia de tropas de combate, necesarias para proteger a los militares-adiestradores. Marruecos tampoco ve con buenos ojos un conflicto en su «patio trasero» cuando todas sus fuerzas están enfocadas a la única causa nacional: el Sahara Occidental.

 

 

La intervención militar en el Sahel involucraría a 250-300 militares de la UE, según trascendió ayer tras la reunión del lunes del Consejo de Asuntos Exteriores de la UE. España aportaría “entre 20 y 50”, informan fuentes solventes militares. Ya el lunes Morenés afirmó ante la prensa que España «definitivamente contribuirá en el esfuerzo europeo para la estabilidad de Malí».

No obstante, la intervención militar sería el último recurso de la UE en la zona por varios motivos y variables que pueden cambiar en los próximos meses:

1. La alianza entre el grupo Movimiento de Unidad para la Yihad en África Occidental (MUYAO) -que quiere imponer la sharía en la región, en la imagen abajo- y los tuaregs rebeldes que derivó en la autoproclamación del Estado de Azawad puede haberse roto. Esto sería aprovechado por el Gobierno de Malí y la UE para llegar a una negociación con los tuaregs para que rompan su ligazón con el MUYAO, cercano a Al Qaida del Magreb, a cambio de un mayor protagonismo institucional de los tuaregs en un “nuevo Malí” unido.

 

 

2. La UE puede llegar a la conclusión de que formar solo a 3.000 militares de países de la CEDEAO (Comunidad Económica de Estados de África Occidental) y de Malí no es una opción para acabar con el yihadismo en una vasta región desértica. Un escenario asimetrico donde solo los tuaregs se encuentran en su estado natural.

3. Si Argelia y Marruecos no aceptan la misión y la presencia de tropas de combate europeas en suelo de Malí, la UE puede tener un grave problema para defender a sus tropas. Un riesgo que las potencias europeas no quieren correr.

 

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Esteban Villarejo el

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