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El futuro de la industria de Defensa (IV): Navantia, el estandarte naval

El futuro de la industria de Defensa (IV): Navantia, el estandarte naval
Esteban Villarejo el

Abordamos con el astillero estatal Navantia la penúltima entrada de este blog dedicada al “futuro de la industria de Defensa” de cara al Consejo Europeo monográfico en Defensa que este jueves y viernes tiene lugar en Bruselas. Para empezar, diremos que la situación es apremiante en cuanto a necesidad de exportaciones o nuevos contratos, sobre todo, después del embarque del “Adelaide” rumbo a Australia, el segundo megabuque que inspirado en el BPE «Juan Carlos I» se entrega a la Marina australiana:

 

 

Nuevos contratos con la Marina australiana, la construcción de un megabuque LHD conjuntamente con un astillero turco para la Armada de Turquía, la segunda fase de los BAM de la Armada española para los astilleros de la Bahía de Cádiz (algo que con el rigor presupuestario actual es improbable) o el éxito finalmente de la construcción del submarino S-80 en Cartagena son las principales esperanzas para el 2014 de esta empresa 100 por 100 estatal, estandarte de la industria militar naval en España.

Productos tiene en el mercado ya contrastados por la Armada española y otras como la australiana y noruega: las fragatas F-100, los megabuques LHD, los Buques de Acción Marítima (BAM), patrulleros como los construidos a Venezuela o buques de aprovisionamiento en combate como el «Cantabria», que se desplegó en Australia durante 2013 con el objetivo de apoyar a la Armada «aussie» que de paso comprobó sus prestaciones de cara al pedido de dos buques de similares características que tiene previsto realizar.

 

La fragata F-105 «Cristóbal Colón», el último buque entregado a la Armada española

 

Navantia defiende en estos momentos más de una veintena de ofertas en 14 países, impulsando su política comercial exterior en mercados estratégicos como Brasil, por ejemplo. Sin embargo, se hace imperativo ganar un gran contrato como los que obtuvo en los últimos diez años con Australia, Noruega o Venezuela.

En el astillero de San Fernando-Puerto Real, en el ámbito industrial militar, Navantia está construyendo ahora 12 lanchas de desembarco destinadas a operar con los buques australianos LHD «Canberra» y «Adelaide».  El pasado mes puso a flote la tercera de la serie. Se trata de un contrato anunciado hace dos años por el cual los astilleros de la Bahía de Cádiz se garantizaban 350.000 horas de trabajo y con unos ingresos entre 218 y 363 millones de euros, según los datos facilitados por la empresa en el día del anuncio.

 

El BAM «Tornado», en una misión de la Operación Atalanta la semana pasada / EUNAVFOR

 

En estos astilleros gaditanos esperan como tabla de salvación -en caso de que no lleguen los contratos de exportación- la construcción de la segunda fase de los BAM para la Armada española. Una promesa del anterior ejecutivo socialista que sin embargo nunca consagró partidas presupuestarias para ello: quedó en papel mojado. Dado los recortes en el presupuesto de Defensa -un 32% menos desde el inicio de la crisis en 2008- se hace muy improbable que en siguientes partidas pueda destinarse presupuesto para ello, si bien podría realizarse a través de créditos del Ministerio de Industria.

La Armada dispone de cuatro patrulleros BAM («Meteoro», «Rayo», «Relámpago» y «Tornado»), la segunda fase contemplaba cinco más: tres patrulleros de altura, uno oceanográfico y otro de salvamento, algo «aplazado» en opinión del secretario de Estado de Defensa, Pedro Argüelles.

EL CONTRATIEMPO DEL S-80

Donde sí que se está jugando el prestigio Navantia es en la construcción del submarino S-80 (cuatro unidades encargadas ya por la Armada española). Se tratra de los proyectos estrella de Navantia que ha sufrido un contratiempo de sobrepeso, con una desviación del peso del sumergible del 8%: se espera un nuevo rediseño para principios de 2014 alargando el submarino en siete metros, después de la contribución realizada por la consultora estadounidense Electric Boat.

«Navantia calcula que el retraso que sufrirá el programa oscilará entre los 12 y los 24 meses, lo que se suma a la demora que ya acumulaba el programa y que fijaba la fecha de finalización en 2015. Así pues, el S-81 se encuentra al 71% de su producción; el S-82, al 47%; el S-83, al 29 %; y el S-4, al 19%», informó Europa Press.

 

Trabajos del submarino S-80 en los astilleros de Cartagena / NAVANTIA

 

En twitter: @villarejo

 

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Esteban Villarejo el

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