Ha vestido a actrices, modelos y aristócratas, desfilado en más de 15 ediciones de la pasarela Mercedes-Benz (antes Cibeles), colaborado en el vestuario de varios proyectos cinematográficos y recibido algunos de los premios más relevantes de la industria nacional.
Pero lo que muy pocos saben es que las mujeres y hombres de medio mundo se perfuman con Ángel Schlesser. Desde Estados Unidos a Rusia, pasando por Oriente Medio donde lanza ediciones especiales, tiene una legión de fans.
No en vano, Bergamota Eau de Cologne, su último lanzamiento, ¡es la fragancia número 24 del mercado!
¿Son los perfumes la fuente de la que bebe su firma? “No exactamente, pero sí son un buen aperitivo o el postre”, reconoce. “Y me han construido como marca, sobre todo a nivel internacional”.
Quién le iba a decir a este cántabro que su nombre estaría en los estantes de Harvey Nichols de Londres, o que Óscar Areces, miembro de la familia fundadora de El Corte Inglés, se iba a interesar por su firma y convertirse en socio y administrador, como sucedió hace unos meses.
De su larga lista de perfumes el que más le gusta es So Essential, que curiosamente, no ha tenido mucho éxito en España; el más reconocido es Angel Schlesser Femme, que el año pasado ganó el Premio de la Academia del Perfume, al mejor Perfume Clásico Femenino; y el que él utiliza a diario es Madera de Naranjo
¿Y para una ocasión especial, cambia? “Soy muy fiel, en todo”, proclama, con esa sonrisa tímida que le hace tan atractivo.
Pero descubro que esa fidelidad no es tal cuando hablamos de los narices con los que ha colaborado: Alberto Morillas, Richard Herpin, Nathalie Lorson, Thierry Wasser, Amandine Marie, Francis Deleamont… “Esa no es una decisión mía, es de Idesa”, se defiende. “Y para la última fragancia hemos repetido con Alberto Morillas, ¿eso no cuenta?”, bromea.
Fiel, aquí sí, al primer aroma que elaboraron juntos, Schlesser y Morillas han vuelto a trabajar sobre el concepto de frescor. “Quería que mantuviera la frescura del Mediterráneo, con ingredientes puros, como se hacía antiguamente. Y que evocara con exactitud el olor de una visita que hice a los Jardines del Alcázar de la Alhambra, donde la bergamota está muy presente entre la vegetación”.
¿Tanto se implica en la creación de sus perfumes? “Tanto que me traen los proyectos avanzados para que no me inmiscuya demasiado”, cuenta entre risas. Confiesa que en este caso ha sido especialmente insistente en que el frasco fuera como los de las aguas de colonia clásicas. “Es lo que quise para mi primer lanzamiento, y lo he conseguido en el 24”, revela con humor.
En sus colecciones, como en sus perfumes, siempre hay un denominador común: la sencillez elegante. No es amigo de las florituras –“prefiero las prendas sobrias”– pero, en contra de lo que se piensa, si lo es de los colorines. “No he usado nunca violetas ni oros en mis colecciones, pero sí otros colores”, aclara. “El problema es que me cansan. Y cuando me sucede, descanso un par de temporadas de ellos”.
¿Nunca se queda en blanco a la hora de crear?, pregunto. Y confiesa que cada 6 meses, “pero luego el blanco se vuelve beige y…”.
¿Qué prendas no deberían faltar en el armario de una mujer? “Un abrigo bien cortado, una camisa blanca de las mismas condiciones, y por supuesto, unos vaqueros”.
Amante de las líneas depuradas, sus diseños están dirigidos a mujeres urbanas de mediana edad. ¿Quién es su musa? “No tengo pero me gustan Rosario Nadal y la actriz Aura Garrido”, revela. La realeza no ha llamado todavía a su puerta (“la Reina Sofia tiene un bolso, y la Reina Letizia, cuando era princesa, se puso alguna prenda”) pero sí mujeres elegantísimas como Pilar González de Gregorio o Lulú Figueroa.
¿La elegancia está reñida con los kilos? “En absoluto, pero mi ropa en general sienta mejor a estas mujeres altas y delgadas”. Asegura que si en un casting se presenta una mujer con curvas con estilo, la cogería sin dudarlo.
¿Y que opina de que se estilen los hombres fofisanos? “Me alegra saberlo porque eso significa que estoy muy de moda”.
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