Voy a hacer una confesión: de jovencita era aficionada a La Tienda en Casa. Me compraba todos esos aparatitos que anuncian porque me parecía lo más aquello de hacer gimnasia o darme masaje sin salir de casa.
Ahora, de no tan jovencita, lo que me gusta es ‘el tratamiento en casa’.
Los martes a las 9 me obligan Ppo Salido o Prado Martín (tanto monta, porque se turnan para hacerme ‘sufrir’) a ponerme el famoso chaleco de electroestimulación de Miha Boditech. Y digo que me obligan, porque protesto sin parar cuando me toca colocarme el chalequito de marras mojado (es clave para que la corriente eléctrica emita las contracciones musculares) con estos fríos. Pero reconozco que 20 minutos más tarde, cuando acabo la sesión sudando, se lo agradezco. Sólo esta gimnasia es capaz de mantener mi cuerpo en forma en tan poco tiempo.
Los viernes, a la misma hora, llama a mi puerta Manuel Luque, subdirector y profesor de profesores de la Escuela Internacional de Yoga de Madrid, que ejerce de ángel custodio de mi equilibrio físico y mental. Es la única ‘adicción’ que tengo, y no pienso desengancharme, mientras pueda permitírmelo.
Y mi sueño sería ocupar el resto de los días de la semana con un masaje de remonte que me dejara los glúteos donde estaban cuando tenía 20 años, y un facial que frenara los escapes de colágeno y elastina que sufre la piel a mi edad!!!
Pero esto último es una quimera, porque mi trabajo me “exige” probar distintas manos e ir a diferentes centros, para poder escribir de ello.
Vosotros que podéis, no deberíais privaros del lujo de haceros los tratamientos en casa.
– Si queréis un facial, la persona es Vhega Madrigal. La conozco hace mucho tiempo y es una esteticienne y cosmetóloga ultra profesional. Lleva cuidando las pieles de muchas amigas desde hace 20 años, y durante dos lustros tuvo su propio centro de medicina estética en Mirasierra, en la que compartía espacio y buen hacer con el equipo de Pedro Jaén en la última etapa.
Un día decidió montarse por su cuenta, y trabajar “a su bola”, en casa de sus clientas. Y en esas está.
Solo realiza faciales, y son memorables. Lo que más que más me gusta es que son muy completos. En la misma sesión dejas resueltas todas las necesidades de la piel: limpieza, hidratación, tonicidad, drenaje, relax…
Como cada rostro es diferente, los productos y la aparatología que utiliza varían. Vhega carga una maleta de ruedas con todos los trastos, y como si fuera un carrito de la compra, va a visitar a sus clientas con ella.
La duración de la sesión también cambia según las necesidades, pero nunca es menos de 90 minutos, y muchas veces, acaban siendo 120 minutos de auténtico mimo.
¿El paso a paso?
1- Elimina las células muertas con diferentes tipos de peelings (mecánicos, enzimáticos y químicos), según el estado de la piel y el objetivo deseado,.
2- Para afinar el poro, realiza una desincrustación con corrientes y, si es necesario, extrae los puntos negros con el método tradicional del vapor.
3- Pasa una radiofrecuencia para estimular la formación de colágeno, y por lo tanto aumentar la densidad de la piel y reafirmarla.
4- Aplica un cóctel de principios activos personalizado y lo potencia con partículas de platino, que actúan como antioxidante. Para acelerar la penetración de estas fórmulas, recurre a los ultrasonidos, corrientes, mesoporación o fototerapia, según sea el estado de la piel, o las preferencias de la clienta.
5- Extiende una mascarilla, y durante el tiempo de espera nos ‘regala’ un masaje de hombros, brazos y manos que es una delicia.
6- Por último, para ‘levantar’ la piel, efectúa otro masaje reafirmante en rostro, cuello y escote que te deja en estado ‘alfa’.
El precio de todo esto: 120€, una sesión. Y el bono de tres, 300€.
Su teléfono es 606990336 y su correo electrónico vegamadrigalpastor@gmail.com
– Para el cuerpo, es estupenda Mónica Mayoral. La conozco poco, pero tengo las mejores referencias de amigas a las que lleva años modelando sus cuerpos (además de haber trabajado durante años en Carmen Navarro).
“Mis sesiones son siempre personalizadas, y adecuadas a las necesidades de cada cliente. Puede darse que en una misma sesión se necesiten primero movimientos dirigidos a descontracturar y después, a eliminar líquidos o movilizar grasas”, me contó antes de empezar el único masaje que me he dado con ella en casa.
Había oído hablar mucho de sus manos, siempre bien, y cumplió de sobra mis expectativas. Se nota que es terapeuta, y que no se limita a relajar el cuerpo, sino que está acostumbrada a realizar desde post-operatorios a osteopatía, reflexoterapia podal, kinesiotape, drenaje linfático y sacro-craneal.
También realiza faciales con los cosméticos de Biologique Recherche (una de mis marcas favoritas de cabina), que estoy segura de que serán buenos.
Por la sesión de cuerpo cobra 60€ (una hora aproximada de duración) y por la de cara, 80€.
Su teléfono es 661236256 y su mail monimayo33@gmail.com
– Y esta afición mía al “teletratamiento” no se me quita ni en vacaciones. En verano, cuando estoy en Sanlúcar de Barrameda, convierto mi casa en un SPA.
Allí tengo (y recomiendo activamente) a mis dos súper Rocíos (que nombre ta bonito!!). Una me hace la ‘manipedi’ semipermanente por solo 12€ por zona (667993918); y la otra, aparece con su camilla portátil y me mantiene los dolores de espalda (y la cintura) a raya por 35€ sesión (659391710).
También viene dos días a la semana David García (609633911) del Centro Deportivo Palas, el entrenador de mi marido, que aparece con su bolsa de pesas, y le da una buena ‘paliza’ por 20€ la sesión.
Así, cualquiera, ¿verdad?
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