Soy una yonki del agua micelar. He probado todas las que me mandan las firmas, y todas me han gustado!! Es de los pocos cosméticos en los que no noto casi diferencias entre unas y otras. Alguna vez, una me ha picado los ojos, pero no me suele pasar (también es verdad que los tengo a prueba de bomba).
Pero antes de contaros el por qué de mi adicción, os explico qué es exactamente un agua micelar, porque mucha gente cree que es como un tónico, y tiene precisamente el efecto contrario al tónico (pensado para cerrar los poros tras las limpiezas).
Se trata de un agua que incorpora micelas, unas moléculas muy sofisticadas que atraen la suciedad, aceites y grasas, como si fueran un imán, consiguiendo extraer todas las impurezas de la piel, sin abrir (ni cerrar) los poros.
De ahí que, para que atrape bien los “desechos”, no hay que frotar con el algodón la piel, como se haría con una limpiadora, sino pasárselo por el todo el rostro y los ojos con golpecitos, dejándolo reposar unos segundos, para que les dé tiempo a las micelas a actuar.
¿Por qué me gusta tanto? Porque yo me maquillo poco, o nada, y me basta con este agua tan suave para eliminar la suciedad que mi piel haya podido absorber del medio ambiente, el (poco) sebo que mi piel haya podido generar a lo largo del día, y el resto de base de maquillaje o polvos que me quede al final de la tarde, si es que me lo he aplicado. También atrae de maravilla la máscara de pestañas, de modo que me sirven para cara y ojos. Además no tiene alcohol ni ningún otro ingrediente que pueda producir alegrías, por eso lo adoran las pieles más sensibles.
Es perfecta para vagas como yo, a las que nos gusta una limpieza rápida, pero las toallitas desmaquillantes nos dan alergias en algunos casos, y se nos quedan cortas, incluso de cantidad de producto (¿no os parece que porque cada vez las firmas “racanean” más el producto que incorporan?).
Pero me falla cuando viajo en avión – y bien sabéis las que me seguís que no paro de hacerlo con este trabajo- por la dichosa norma de las tallas pequeñas. Prefiero guardar ese litro permitido para otros cosmeticos que no tienen versiones solidas o en toallitas, y cuando he metido mi agua micelar en un frasco de plástico rellenable, más de una vez he cerrado mal el tapón, y al ser tan líquida.. ¡se ha cargado el único modelito que había llevado para cambiarme!
Por eso, cuando Comodynes me dio la alegría de sacar unas toallitas micelares (que no es lo mismo que las desmaquillantes tradicionales), éstas se convirtieron en mis mejores compañeras en los viajes (para diario, se quedan cortas)!! El pero (para mí), es que esta firma se encuentra principalmente en farmacias y parafarmacias, y no es un canal que frecuente (por suerte!).
Garnier llegó en mi ayuda lanzando las suyas, porque me suele venir mejor hacer acopio en el supermercado donde hago la compra semanalmente.
Ahora mi alegría es triple, porque Haute Custom Beauty ha lanzado Micellar Purifying Cloths, con un tejido de doble cara: el lado suave está impregnado de micelas que atrapan la suciedad, y el rugoso (tiene como micropuntos), exfolia suavemente dejando la piel libre de células muertas. Y para colmo de bienes, se puede comprar on line (en www.hautecustombeauty.es), que es mi canal de ventas más habitual, ya que solo tengo tiempo de “ir de compras” por la noche!!
Además, este tejido innovador permite exfoliar sin recurrir al uso de microesferas plásticas (las que se han utilizado en la mayoría de los productos exfoliantes durante años), que no las filtran las plantas de tratamiento de residuos, y por tanto acaban en el océano, contaminando las aguas y las criaturas marinas que las absorban o digieran.
Ojo a este dato: un estudio publicado en Environmental Science and Technology consideraba que alrededor de 8 billones de microesferas son depositadas cada año en hábitats acuáticos solo en los Estados Unidos, lo que representa un volumen suficiente para recubrir la superficie de 300 pistas de tenis cada día. Por eso, en Diciembre de 2015 el presidente Obama firmo una Ley que prohíbe el uso de microesferas, con una limitación por fases hasta su completa desaparición en Julio de 2017. El Reino Unido está en estos momentos debatiendo una propuesta semejante y lo mismo está haciendo Australia, que planea su prohibición total a partir de 2017. Sobre cómo está el tema en España no sé nada, pero en cuanto me entere, os lo cuento.
Maquillaje