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Blogs El rincón del gato por Roberto Macedonio

Cuando el Metro de Madrid cambió la ciudad para siempre

Hoy reabre la estación de Gran Vía convertida en la más moderna de España

Cuando el Metro de Madrid cambió la ciudad para siempre
Alfonso XIII en la inauguración del suburbano
Roberto Macedonio el

La estación de Gran Vía del Metro de Madrid ha reabierto hoy sus puertas tras una profunda reforma de casi 11 millones de euros que ha mejorado su infraestructura y accesibilidad. La nueva estación, por la que transitarán cada día 66 mil viajeros, cuenta ahora con una apariencia más futurista y con tecnología de último nivel. La de Gran Vía, una de las primeras estaciones del suburbano, se convierte así en la más moderna de toda la red. Es la prueba de que esta institución centenaria no ha dejado de renovarse nunca y eso que su historia tiene muchos capítulos escritos.

Taquillera del Metro de Madrid en los años 40

El Metro de Madrid se inauguró en 1919. El primer viaje tuvo un pasajero muy ilustre, el entonces monarca Alfonso XIII. Es por ello que, en el cien aniversario de la institución, Felipe VI se montó en un vagón sorprendiendo a los viajeros en recuerdo de aquel primer viaje que hizo su bisabuelo. Antes de la existencia del suburbano, lo más parecido que había en Madrid eran los tranvías tirados por caballos o a vapor. No obstante, desde finales del siglo XIX hubo varios proyectos sobre la mesa que se convirtieron en un atisbo de lo que posteriormente sería el Metro.

Manuel Becerra y Arturo Soria

Diferentes urbanistas e ingenieros tuvieron ideas brillantes para trazar un recorrido ferroviario subterráneo que descongestionara el caótico tráfico que había en Madrid a finales del XIX. Inspirados por el revolucionario tube de Londres, Manuel Becerra y Arturo Soria proyectaron una línea subterránea en 1898, pero no se llegó a materializar. No fue hasta 1916 cuando se autoriza la construcción del Metro de Madrid diseñado por el ingeniero Miguel Otamendi Machimbarrena.

La primera línea, esa que se inauguró en 1919, unía Cuatro Caminos con Sol. Entre las paradas del recorrido estaba la hoy reformada estación de Gran Vía. Los túneles, de tres kilómetros y medio, se construyeron en plena Guerra Mundial, con las dificultades que eso supuso a la hora de importar el material necesario, pero nada iba a detener este proyecto que iba como un tren. Costó 10 millones de pesetas y fue financiado por el propio Alfonso XIII, el Banco de Vizcaya y otros inversores. No hay duda de que se convirtió en un gran éxito que dura hasta hoy. En el primer año de este nuevo medio de transporte lo usaron más de 14 millones de pasajeros.

Templete original en el acceso de la estación de Gran Vía

En todos estos años el Metro de Madrid ha cambiado enormemente. Nadie recuerda ya los primitivos billetes de papel que nada tienen que ver con las tarjetas electrónicas de la actualidad. También han desaparecido algunos oficios, como el de las taquilleras. Pero lo que muchas personas tenían en la cabeza todavía era el templete del acceso principal a la estación de Gran Vía. El original, diseñado por Antonio Palacios, estuvo ahí desde la inauguración del suburbano hasta 1970. Ahora, la estación más moderna de España lo ha recuperado con una réplica exacta que devuelve a su acceso la elegancia y la solera de tiempos de pasados en un homenaje a su propia historia. Porque, al final, para avanzar tenemos que mirar al pasado, eso es lo que hace precisamente esta institución, convirtiéndose así en una de las redes de metro más modernas del mundo.

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