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Blogs El rincón del gato por Roberto Macedonio

Pío Baroja y la Cuesta de Moyano

El escritor era un amante de este lugar de Madrid

Pío Baroja y la Cuesta de Moyano
Uno de los puestos de la Cuesta de Moyano. Imagen: Jorge Franganillo.
Roberto Macedonio el

El día del libro en Madrid no se entendería sin la Cuesta de Moyano. Este lugar mítico en el que la literatura y el hombre se encuentran, no está atravesando ahora su mejor momento. La pandemia y las nuevas tendencias de mercado global han supuesto una amenaza para los libreros de toda la vida. Todos ellos han unido fuerzas a través de Soy de la Cuesta, una asociación que tiene como objetivo la revitalización de este lugar emblemático a través de diferentes iniciativas. Sin ir más lejos, hoy han organizado un programa de radio desde allí y, desde hace meses, están realizando numerosas firmas de libros o documentales que ponen en valor la historia de este sitio.

El origen de la Cuesta de Moyano lo encontramos en 1919, cuando llegaron de casualidad los primeros libreros con sus puestos a este sitio, porque originalmente estaban en un mercado cercano. Poco a poco, algunos vendedores se fueron instalando junto a la verja del Real Jardín Botánico, algo que no gustó en esta institución. De hecho, hubo varios pleitos entre los libreros y el Jardín Botánico, que tachó la actividad de estos de “perjudicial” e “improcedente”. El consistorio zanjó el asunto en 1924, cuando decidió instalar las casetas que, en la actualidad, son parte del paisaje urbano de la ciudad.

La Cuesta de Moyano en la actualidad.

Son incontables los escritores que frecuentan la Cuesta de Moyano, donde encuentran títulos que creían desaparecidos y un sinfín de historias que, a cualquiera, sirven de inspiración. Un asiduo es Arturo Pérez Reverte, quien ha tachado la cuesta de ser un “analgésico donde puedes refugiarte”. La presidenta de la Real Academia de la Historia, Carmen Iglesias, también ha hablado en alguna ocasión de la importancia que tienen las casetas, dice que visitarlas es como acudir a “la búsqueda del tesoro, porque tienen un valor que no se puede medir”. Pero la lista es infinita, tanto de escritores actuales, como de los más importantes literatos del siglo XX.

 

Estatua de Pío Baroja en la Cuesta de Moyano.

Pío Baroja

En la parte superior de la cuesta, llegando al acceso del parque del Retiro por la calle Alfonso XII, hay una estatua de Pío Baroja que no siempre estuvo ahí, hasta 2007 permaneció en la puerta del ángel caído del Retiro. Es una esfinge esculpida en bronce por Federico Coullaut-Varela. Su ubicación actual es realmente la idónea, sobre todo, si tenemos en cuenta que el escritor y médico donostiarra se refugiaba de sus conocidas depresiones en este rincón de Madrid. Visitar la cuesta era para él como un bálsamo contra el dolor, algo que los libreros que le conocieron han transmitido de generación en generación.

Si enumerásemos a los grandes literatos que, como Baroja, han paseado por la cuesta de Moyano, no acabaríamos nunca. Este lugar que ahora se está viendo amenazado por las dificultades de la pandemia y por las nuevas tendencias de consumo, ha sido también refugio de otros ilustres escritores como Azorín o Valle Inclán, grandes descriptores del Madrid de la época. Ahora son sus obras las más buscadas en los cajones de libreros que, hoy más que nunca, reivindican el papel de la cuesta en la identidad y la cultura de nuestra ciudad.

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